DROGAS.
INVESTIGAN CONEXIONES.
El agente carcelario detenido con 350 kilos de marihuana en Corrientes está sospechado de formar parte de la cadena que trae droga de Paraguay. Lo vincularían con un preso del penal de Paraná. El hombre, que cumplía sus funciones en la guardia de la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, sigue detenido en Corrientes, a disposición del Juzgado federal Nº 2 de la capital de esa provincia. La Dirección General del Servicio Penitenciario de Entre Ríos ya lo separó de la institución y le inició un sumario administrativo. Mientras tanto, la investigación intenta atar cabos y buscar las conexiones de Ríos con el circuito narco.
Por un lado, una de las hipótesis más fuertes sospecha del vínculo que pudo haber trazado el penitenciario con un interno de la cárcel de Paraná, famoso por su control sobre el negocio de las drogas en la capital provincial, que manejaría tanto desde adentro como afuera del Penal. A este sujeto, al momento de ser allanado su domicilio por el delito que fue condenado, se le encontró una alta suma de dinero y hasta un lingote de oro. Además, se deslizó que este interno es quien habría financiado la instalación de la cochería funeraria, que fue la pantalla para el transporte del cargamento de droga desde el norte de Corrientes, en una camioneta de la empresa dentro de un ataúd.
El límite del noreste argentino con la República del Paraguay, río Paraná de por medio, es el paso obligado para el ingreso de la marihuana producida en ese país a la Argentina, que en su mayoría tiene como destino el conurbano bonaerense. Así lo demostró el caso del penitenciario entrerriano detenido en Corrientes, cuando, según lo acusan, intentaba trasladar 350 kilos de marihuana por la ruta nacional 12.
Entre Ríos, a su vez, es un enclave fundamental en la ruta que conecta ambos puntos para el traslado de estupefacientes, como así también para el consumo. Esto se observa en la gran mayoría de las causas por infracción a la Ley de Drogas que se ventilan en el Tribunal federal en lo Criminal de Paraná, donde también se evidencia la importancia del límite oriental con Uruguay para el cruce de la droga, principalmente cocaína, con destino a Europa.
Según cifras oficiales, el sistema penal en su conjunto solo alcanza a reprimir uno de cada 10 delitos vinculados al narcotráfico. Al menos en Entre Ríos, la mayoría de las causas que se abren son por Transporte de estupefacientes, es decir que cae el eslabón más débil de la cadena narco que son las “mulas”, a quienes les pagan para hacer la tarea más peligrosa del negocio.
La pareja del carcelero Gabriel Ríos, detenido por drogas, también integra el Servicio Penitenciario de Entre Ríos, y trabaja en la Unidad Penal Nº 6, la cárcel de mujeres de Paraná. Consultada acerca de la situación procesal de Ríos, prefirió no brindar información al respecto. “No le voy a dar información”, aseveró la voz de la penitenciaria por teléfono.
Por su parte, la directora de la UP Nº 6, Cristina Alfonso, informó a diario Uno que aún no le había llegado ninguna directiva de medida a tomar con respecto a la pareja de Ríos, con quien tiene dos hijos. La investigación aún no halló vínculos ni responsabilidades de la mujer en el caso.