PARANA.
ADOLESCENTE VICTIMA DE ENGAÑO.
Muchas adolescentes sueñan con ser modelos. Y tras el testimonio de cómo se consagraron en la pasarela o en la gráfica muchas de las mujeres que hoy se desempeñan en esa profesión, la ilusión de acceder a esos espacios se reaviva.
La exaltación de la belleza como valor primordial, expuesta de manera incesante en los medios masivos de comunicación, influye en esta decisión. Quienes quieren ser modelos saben que los castings son una opción que puede llegar a posibilitarles la llegada hacia alguna agencia de renombre o a participar de alguna campaña o evento.
Sin ir más lejos, en mayo ganó un concurso María Emilia Mernes, una joven de 16 años oriunda de Nogoyá, para ser la cara visible de la campaña de una de las marcas preferidas por las adolescentes. Gabriela, su mamá, contó: “Vimos la convocatoria en una revista conocida y por eso se presentó, pero yo siempre estuve detrás, firmé una autorización porque es menor de edad”.
Se comunicó quienes eran las 200 finalistas y a través de las redes sociales se realizó la votación para elegir cuál de las chicas que se postularon sería la ganadora. “En un principio ni se nos cruzaba por la cabeza que iba a ganar, pero fue un momento de gran emoción”, acotó.
Como premio, además ser la protagonista de la campaña actual de esa marca, fue un viaje de casi 20 días a Miami, Disney y Nueva York.
“Para nosotros es una gran alegría y mi hija no se plantea si quiere ser modelo; más bien creo que va a seguir estudiando una carrera. Siempre le digo que tiene que ser agradecida con la gente de Nogoyá, que la ayudó en esto, y como padres tratamos de protegerla. La prioridad es el estudio”, aseguró Gabriela.
Sin embargo, no todas las historias tiene un final feliz. Son numerosas las chicas que oscilan la edad de María Emilia y que anhelan vivir una experiencia similar y son presas fáciles de engaños, sobre todo si la convocatoria a un casting se realiza a través de las redes sociales.
Si bien abundan las recomendaciones acerca de los cuidados que deben tenerse en torno a las imágenes que se publican en Internet o qué información se otorga, las adolescentes se comportan de manera ingenua, seducidas por quien las invita a este tipo de eventos. Así le sucedió a Marina, una niña de 14 años de Paraná que recibió un mensaje privado de parte del perfil de “Diana Costa”, preguntándole si quería participar de un casting para la agencia Dotto Model’s y de una marca de ropa. Marina aceptó, previa autorización de su mamá, y le envió las fotografías requeridas “de rostro y de cuerpo entero, de jeans y de malla. Y recibió un gratificante mensaje: había quedado seleccionada entre las 25 finalistas. Vía chat le informaron que para continuar con el concurso debía realizar una prueba “de actitud”, tras lo cual le pidieron fotos en topless.
Su mamá hizo la denuncia en Facebook y relató: “Siempre escuchamos consejos sobre cómo manejarse e esta situaciones, pero la mujer tenía fotos con Pancho Dotto y parecía muy creíble, por eso caímos. Ahora no sabemos qué hacer”.
Marina expresó en su muro de Facebook su impotencia: “Esta persona me pidió fotos desnuda. Obviamente no se las envié. Por favor si alguien les pide fotos no se las manden, porque puede ser pornografía infantil. Hoy me pasa a mí, mañana te puede pasar a vos”. Asimismo, acotó: “Te juro que miraba estas cosas en la tele y decía que nunca me iba a pasar, tengo tanto miedo”.
Acciones posibles
El abogado Roberto Parajón señaló que ante estos casos se puede hacer una denuncia judicial, ya que “hay una persona que está en una actitud de abuso de los derechos de los niños; este es un hecho grave y se debe proteger la integridad de esta víctima o de cualquier otra”.
Frente a los perfiles fraudulentos, donde no existe una persona real sobre a la cual hacer la denuncia, la acción se debe llevar adelante igual. “Acá hay un servidor que puede aportar datos o eliminar la cuenta para evitar que prosigan este tipo de situaciones. El dilema que provocan estos hechos es si se puede regular Internet. Lo cierto es que las redes sociales son muy útiles para muchas cosas, pero para otras encierran estos peligros. Lo que hay que hacer es educar, no solo instruir en el uso de las tecnologías desde una cuestión técnica, sino también desde los valores humanos y de la vulnerabilidad que se puede tener en estos espacios”.
Desde la Defensoría del Pueblo, Edgardo Perlo indicó: “Nosotros hemos dado charlas y capacitamos a la Policía sobre cómo actuar en estas situaciones. Está bien hacer la denuncia en Facebook, pero si la mamá quiere puede iniciar una acción judicial en cualquier comisaría, al Superior Tribunal de Justicia, o recurrir a la Policía Federal. En Facebook seguramente tomarán medidas, porque en Estados Unidos se combate mucho este tipo de acciones, pero a veces la respuesta lleva tiempo”.
Asimismo, explicó: “El fenómeno de las redes sociales es tan nuevo que no hay legislación disponible para estos temas. Falta mucha información en estos aspectos y siempre van a existir este tipo de trampas en Internet, porque va a llevar tiempo crear conciencia. Además la gente es muy confiada”. Por último, señaló que “se están dando charlas en las escuelas y siempre invitamos a los padres a participar de estos procesos, porque por más controles que se hagan de los sitios que visitan los chicos, seguramente, como en este caso, habrá cuestiones a través de los cuales los mayores también son engañados”.