SAN JAIME DE LA FRONTERA.
SIN DATOS DE POCHO MORALES.
Lo que pasó con Juan José Morales es un enigma para sus familiares y para los investigadores, que confiaban en que el ofrecimiento de una recompensa aportara algún dato a partir del cual orientar la investigación. Pero nada de ello ocurrió.
Desde que en abril se fijó una recompensa de $100.000 para quien aporte datos sobre el paradero del agenciero, en la Fiscalía de Chajarí no se recibió ningún llamado; tampoco arrojó resultados positivos la búsqueda realizada por Gendarmería Nacional con un georradar que permite detectar elementos que están por debajo de la superficie, ni la que se hizo con perros adiestrados en la detección de cadáveres; ni pudo ser corroborada la pista que aportó un vecino de San Jaime de la Frontera que dijo haberse encontrado con Pocho Morales en un colectivo de línea, en la provincia de Córdoba
Así, las frustraciones que va arrojando la investigación alimentan el desconcierto y la desesperanza entre los familiares de Pocho Morales, aun cuando su abogado, Guillermo Vartorelli, insiste en que “a medida que se desvanecen las posibilidades de encontrar un cuerpo, crecen las esperanzas de hallarlo con vida”.
Walter Morales dijo a El Diario que “la causa está parada, no hay nada y no se ha recibido ningún llamado desde el ofrecimiento de la recompensa”, la medida dispuesta en abril por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, en el marco de la causa caratulada “Actuaciones iniciadas para dar con el paradero y/o localización de Juan José Pocho Morales”.
En rigor, en abril se estableció un monto de $100.000 que surgen de un fondo creado por ley para abonar una compensación dineraria a aquellas personas que brinden datos útiles para obtener la libertad de la víctima, preservar su integridad física, o lograr la aprehensión de quienes hubiesen tomado parte en la comisión de determinados delitos. Pero ya en octubre de 2011, es decir, dos meses después de la desaparición del agenciero, se había fijado una compensación para quien aportara datos. Ni entonces ni ahora surgieron datos relevantes sobre lo que pudo haber ocurrido.
También el abogado Guillermo Vartorelli, representante de la familia, manifestó su desconcierto por la falta de datos y reconoció que “es muy frustrante cuando no se encuentra ningún rastro, porque uno siempre busca alguna respuesta para darle a la familia; y cuando no aparece el cuerpo es aún más frustrante porque no se puede cerrar la investigación y queda una duda pendiente”.
El abogado recordó además que la última novedad importante que surgió en la causa fue la declaración de un testigo que dijo haber compartido un colectivo con Morales en la provincia de Córdoba y que inclusive hasta había hablado con el agenciero. “El relato tiene sus fisuras, aunque no era para descartarlo: este hombre dice que Morales iba con otras personas y que parecía que no quería que hablaran con él. Eso motivó que se siguiera esa pista y que policías entrerrianos y cordobeses rastrearan el posible paradero de Pocho, pero no se llegó a ninguna certeza”, enfatizó Vartorelli.
Sobre la búsqueda con perros adiestrados y con el georradar aportado por Gendarmería, señaló que “se hicieron operativos donde había sospechas de que podía estar enterrado el cuerpo, pero tampoco se llegó a ninguna certeza”.