CRECIENTE DEL PARANA.
3000 EVACUADOS Y ESPERAN MAS.
Isla del Cerrito, Puerto Vilelas, Colonia Benítez y Barranqueras son las localidades costeras más afectadas por la crecida del río en Chaco. La corriente baja de este a sudoeste arrastrando troncos, ventanas, botellas, bolsas. Ayer el Paraná tocó los 6,72 metros e hizo crecer a los ríos que abrazan los pueblos, el Tragadero y Antequera. “Lo que nos sorprende es que el Iguazú –uno de los afluentes de los que depende el comportamiento del Paraná– siempre crece y baja rápido, pero esta vez no. Por eso estimamos que no subirá demasiado, pero que la crecida se extenderá más días”, explica María Cristina Magnano, titular de la Administración Provincial del Agua (APA). El pico lo esperan esta noche, cuando la marca sea de 7,40 metros.
En Yapú Guazú se montó todo el operativo de emergencia. Desde allí parten las lanchas, los botes, las canoas y las piraguas para llegar a Isla del Cerrito que quedó desconectada: el camino de tierra por el que se podía llegar está a dos metros de profundidad. Algunas de las 168 familias que tuvieron que ser evacuadas pasaron la noche a la vera de la ruta en “tiendas de campaña” que consisten en cuatro palos, un techo de chapa, y nylon negro asegurado con clavos. Otros están ubicados en la escuela 159. Otros no quisieron irse y, tierra arriba, ven cómo el pasto desaparece debajo del ocre del Paraná.
Para hacerle frente a la crecida, unas 400 personas entre el Ejército, Prefectura, Gendarmería, algunos ministerios provinciales y Defensa Civil trabajan en las cuatro localidades y zonas aledañas, todas ubicadas a pocos kilómetros de Resistencia. Está previsto que hoy por la mañana el gobernador Capitanich recorra la zona afectada junto al Comité de Emergencia.
Carlos Franco, subsecretario de Salud chaqueño, asegura que están preparados: “Hay atención médica las 24 horas en el puesto policial. Hasta ahora hubo consultas sobre reacciones alérgicas y hongos, producto del contacto con el agua. Pero la preocupación son las yarará y cascabel, serpientes venenosas típicas de este lugar con hábitos nocturnos que con el agua salen de sus cuevas”, explica.
Como el Paraná crece y engorda a los arroyos y riachos que se desprenden de él, están atentos a que no se cierren los caminos. El de Vilelas, por caso, aún no desapareció y esa es una gran noticia para los 699 vecinos que tuvieron que dejar la barriada. La localidad menos afectada es Barranqueras, con 54 familias evacuadas. De Colonia Benítez, en tanto, se fueron 168 personas.
En Corrientes
El panorama no es nada alentador en las costas correntinas del Paraná. Mientras se espera la llegada del pico máximo a la zona de Paso de la Patria y Corrientes, en las altas cuencas las lluvias se han reanudado con pronóstico de seguir por varios días. La crecida del nivel del río en Andresito e Iguazú, los puertos de referencia, anuncia que julio será un mes largo y difícil para toda la región ribereña.
Los evacuados superaban ayer las 200 familias, unas 1.200 personas, desde Isla Apipé hasta Empedrado, aguas abajo de Corrientes. Algunas estaban alojadas en escuelas, mientras que otras se autoevacuaban en casas de familiares o eran relocalizadas en casillas precarias. La situación sanitaria, dicen las autoridades, estaría controlada.
Ayer a las 18, el río registró en Corrientes 6,91 metros en creciente. Eran 6 centímetros más que al mediodía, pero aún 9 por debajo del límite de la etapa más crítica, la de evacuación. Al cierre de esta edición, se esperaba que en la madrugada se superara la marca de 7 metros que es no obstante 40 centímetros inferior a lo que se había pronosticado para ayer.
Lo que encendió una mayor preocupación fueron las mediciones en los puertos de Andresito e Iguazú, los dos primeros de la costa misionera: 5,04 y 29,80 metros en creciente, respectivamente, una tendencia que se mantendría por lo menos hasta que cesen las lluvias en la alta cuenca del Brasil.
En Isla Apipé, 2 kilómetros aguas abajo de la represa de Yacyretá, donde se debieron evacuar a 53 familias, el río cortó en dos la isla donde viven unas 3.000 personas. El avance de las aguas sepultó el camino que une los distintos poblados dejando unos escasos cientos de metros secos. Los pequeños productores de esta isla de 25.000 hectáreas han perdido todo.
Paso de la Patria es donde más se notó el incremento del río en las últimas horas. Las aguas ganaron 100 metros en tan sólo 24 horas. En Corrientes, 35 kilómetros aguas abajo, el ritmo de creciente fue similar y los barrios ribereños han sido casi todos invadidos en mayor o menor medida por el Paraná y la cantidad de evacuados creció en las últimas horas. En Empedrado en tanto, 59 kilómetros aguas debajo de Corrientes, ya comenzaron a producirse las primeras evacuaciones en la zona de islas.
Los pronósticos, con la reanudación de las lluvias en la alta cuenca y la perspectiva de que serán prolongadas, indican que el Paraná no descenderá en sus niveles al menos hasta dentro de 20 días. Julio se hará más largo y difícil para Corrientes que se prepara para enfrentar una inundación que podría quedar entre las más importantes de la historia