JUEGO MORTAL EN PARANA.
PARANA UN CHICO RECIBIO UN DISPARO DE ARMA DE FUEGO EN LA CABEZA.
Un grupo de seis amigos, de entre 15 y 17 años, se juntó en una vivienda en la zona de Santa Lucía, de Paraná, y lo que comenzó como un momento de diversión terminó en una noche de terror. Uno de ellos, de 16 años, recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza, en un confuso episodio que tras la investigación policial se dilucidó que fue un hecho accidental. El menor está internado en gravísimo estado en el hospital, dos chicos quedaron a disposición del Juzgado de Menores, y los tres restantes declararon como testigos.
Todo comenzó cuando uno de los integrantes del grupo de amigos, hijo de un famoso sujeto que cumple una pena de prisión en la cárcel de Paraná por narcotráfico, invitó a los demás a su casa, ubicada en calle Francisco Bueno 157.
En un momento dado, el muchacho de 17 años sacó un arma de fuego pequeña, se la mostró a sus amigos y la dejó sobre la mesa: “Miren el arma de mi papá”, les dijo. Los menores comenzaron a manipularla y se la pasaban de mano en mano, algunos sin saber bien si se trataba de un arma real o de juguete.
Uno de ellos, a modo de broma, la empuñó y le apuntó a otro. Este le dijo: “No me apuntés”, e intentó bajáresela, pero en ese momento la pistola se disparó y la bala impactó en su cabeza. La víctima cayó al piso inconsciente, y sus amigos se desesperaron. Lloraban y corrían sin saber qué hacer, le pusieron una toalla en la cabeza para detener la hemorragia, hasta que llamaron a la Policía. El personal de la comisaría 13ª llegó al lugar, e inmediatamente después arribaron los pesquisas de la División Homicidios. Unos 30 minutos después llegó la ambulancia, que llevó al herido al Hospital San Martín. En la casa los uniformados de Homicidios, a quienes el juez de Instrucción en feria, Alejandro Grippo, ordenó que se hagan cargo de la investigación, secuestraron el arma de fuego y otros elementos de interés para la causa, como prendas con sangre.
Tres testigos, dos sospechosos
Según pudieron averiguar, como se relató, el hecho fue accidental en medio de un juego peligroso y sin sentido. El juez de Menores intervino en la causa, y ordenó enviar a los cinco adolescentes a la División Minoridad. Luego a tres de ellos les tomaron declaración testimonial, y a los otros dos, que son hermanos, los imputó por el hecho, aunque con el correr de las horas la responsabilidad caería sobre uno de ellos.
Ahora resta esperar la evolución del chico herido de bala, quien pelea por su vida en la Unidad de Terapia Intensiva del nosocomio, y según se informó su estado sería muy grave, con riesgo de vida.