TRATAMIENTO DEL ASMA.
ACTIVIDAD FISICA PARA COMBATIRLO.
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Si bien cada vez hay más información, todavía existe el prejuicio de que las personas que sufren asma no pueden hacer deportes; esto es falso, de hecho tenemos el ejemplo de famosos como el ciclista español Miguel Indurain o el futbolista inglés David Beckham que fueron asmáticos", dijo a Télam el médico Natalio Salmún.
Salmún, presidente de la Fundación para el Estudio del Asma y otras Enfermedades Alérgicas (Fundaler), advirtió que "realizar actividad física es incluso parte del tratamiento integral que nosotros indicamos". "Existen deportes más y menos asmógenos, es decir, potencialmente desencadenantes de una crisis y esto se vincula con la cantidad de oxígeno que requieren", describió. Entre los menos asmógenos se encuentran la natación, boxeo o tenis no competitivo, y entre los que más afectan, el especialista menciona el atletismo, el fútbol, el básket, el ciclismo, los deportes de invierno, "debido a que el frío puede ser un disparador de crisis". "También -continuó- hay un tercer grupo que son los deportes bajo el agua como el buceo, el alpinismo y la equitación (para los alérgicos al pelo del caballo) que no son los más apropiados". "Sin embargo, hace unos años que ya no indicamos sólo los deportes más apropiados, sino que alentamos a la persona a que elija el deporte que desee porque es la única forma de garantizar que la persona continúe", indicó. Por su parte, el médico especialista en alergia e inmunología, Jorge Máspero, señaló que "la realización de un deporte no sólo mejora la función respiratoria de la persona con asma sino que actúa positivamente sobre su autoestima porque hace que ella no se sienta discriminada por no poder hacer una actividad física, como sucedía hasta hace unos años". "Existen dos casos cuando hablamos de asma y ejercicio físico: el de las personas que tienen asma diagnosticado y el de aquellas que sólo presentan síntomas cuando realizan actividad física, es decir, que ésta es el desencadenante de la obstrucción", describió. Máspero, director además de la Fundación Cidea (Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias), aseguró que "en ambos casos la actividad física es posible". "En las personas en las que el deporte es el que dispara la crisis lo primero que hay que hacer es asegurarse de que el síntoma que señala de ahogo sea por asma, eso se logra con una espirometría y controles antes y después del ejercicio", sostuvo. Y añadió "una vez diagnosticado y controlado, con el uso de un broncodilatador antes de efectuar la actividad será suficiente para que pueda hacerla sin problema". "En el caso de la persona con asma diagnosticada lo que hay que hacer es maximizar su tratamiento para lograr el control de la enfermedad, que es la ausencia de crisis", detalló. "Todavía vemos que en muchos colegios o que los padres de las niños con asma no quieren exponer a sus hijos por temor a las crisis y esto es un error, lo que hay que hacer es preparar a la persona para que pueda afrontar esa actividad", afirmó Máspero. Y continuó: "de lo contrario uno está condenando a ese niño o niña al sedentarismo y a la discriminación, y esto terminará siendo muy perjudicial para su cuadro". En ese sentido, Salmún recordó que "la asistencia psicológica también es parte del tratamiento ya que el asma es una enfermedad crónica y puede provocar angustia o depresión". "En relación a docentes de educación física es verdad que todavía hay mucho desconocimiento, pero también dentro del ámbito de la medicina persiste el mito de que la persona con asma no puede realizar actividad", añadió el presidente de Fundaler. En efecto, esta Fundación realizará este viernes 15 en el Hotel Panamericano (Carlos Pellegrini 551) y el sábado 16 en el CENARD (Miguel Sánchez 1050) las "XVI Jornadas de Asma y Deportes", dos encuentros gratuitos para médicos, kinesiólogos y profesores de educación física. El asma bronquial afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y se estima que aumentará unos 100 millones de casos, especialmente pediátricos, en los próximos 15 años. Además, es la causa de una de cada 250 muertes.