OTRA CONDENA PARA LUCIANO BENJAMIN MENENDEZ.
QUINTO JUICIO EN CORBA Y 12 EN EL PAIS.
Sentado en el banquillo de acusados, solo y con el habitual gesto de las manos entrelazadas, Luciano Benjamín Menéndez volvió a reflejarse en la cara siniestra que nunca abandonó: la de líder ideológico de la dictadura, esa que lo convirtió en uno de los artífices del horror. Fue el quinto juicio en Córdoba y el decimosegundo en el país que lo tuvo como imputado.
En el veredicto, mostró una actitud distinta a la débil que había exhibido en los alegatos. Aquella vez, había pedido retirarse de la sala por motivos médicos. Ahora, sin embargo, pidió la palabra y no titubeó en negar los hechos. Y, al mismo tiempo, justificó el accionar de lo que consideró “una misión patriótica”. El ex titular del Tercer Cuerpo del Ejército fue sentenciado a prisión perpetua por el secuestro y el homicidio de tres militantes de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) ocurrido en junio de 1976. De ese modo, recibió la cuarta condena en Córdoba y la duodécima en el país. El veredicto condenatorio, emitido por el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba, fue por los delitos de “privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados y homicidio calificado”. La condena se dictó en el marco de la causa de la causa ‘Roselli’ y se relaciona con el fusilamiento de Ana María Villanueva, Carlos Delfín Oliva y Jorge Manuel Diez.
El origen del mal. En sus últimas palabras, el multicondenado represor sorprendió al declarar que la última dictadura cívico y militar “jamás persiguió a nadie por sus ideas políticas nacionales”. Con la misma línea que predica en cada juicio, Menéndez dijo que lo que ocurrió en el país fue una “guerra revolucionaria” que tuvo origen en la “revolución marxista” que “se proponía someter a la Argentina y a los países de Sudamérica en satélites de Rusia”, planteó.
“Enfrentábamos una guerra contra los terroristas marxistas que amenazaban la paz nacional con la creación de ejércitos clandestinos”, agregó Menéndez y justificó los resultados al sostener que “eran combatientes y sabían que asumían riesgos”.
Sobre las expresiones de Menéndez, el abogado querellante Claudio Orosz dijo que el discurso del represor no lo sorprendió “porque viene de una familia de militares del ejército creado por los Roca y por los Mitre de claro origen oligárquico y antipopular que se vanaglorian de sus abuelos que andaban exterminando indios y chilenos en el sur”. Y enfatizó: “En esa concepción oligárquica y antipopular, Menéndez sostiene que el accionar militar se había dado en el marco de una tercera guerra mundial y que él es un general vencedor. Incluso, está convencido que va a tener monumentos en las plazas por todo lo que hizo. Es un megalómano, un asesino y un genocida”.
Tanto la parte querellante como el fiscal Facundo Trotta habían solicitado prisión perpetua por los delitos de privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados y homicidio calificado. Por estos hechos, en marzo de 2012, ya habían sido condenados a prisión perpetua tres ex agentes del Comando Radioeléctrico de la Policía de la provincia de Córdoba.