Tiene 20 años y fue intervenido quirúrgicamente con éxito. Habría sufrido una golpiza. No descartan que lo sucedido esté relacionado con cuestiones sentimentales. A las 6 del sábado 29 de octubre, don Luís  Álvarez, escuchó que se abría la puerta de la cochera de la vivienda familiar de calle General Paz  de Colón, y al presumir que se trataba de alguno de sus hijos que regresaba, se levantó y se encontró con uno de ellos, Francisco, de 20 años de edad, tambaleando y sin poder formular palabra.Al sentirle aliento alcohólico, pensó que se trataba de una descompostura por la ingesta, y, según declaró después en la Jefatura Departamental de Policía cuando radicó la denuncia para que se establezca la forma y circunstancias en que sufriera lesiones graves, no dio mayor importancia al hecho de que casi no se expresa, por lo que lo ayudó a acostarse en un sofá.Así pasaron las horas, sin que se observara mejoría, y en tanto Alvarez recogió las llaves del auto en el que regresó, en la vereda, al tiempo que continuaban las manifestaciones de dolor indicando un lugar de la cabeza que  parecía inflamada. Nunca pudo expresar palabras.Cuando una de las hijas de Alvarez vio coágulos en el baño, entonces resolvió que la situación estaba empeorando y lo trasladó, ya a las 14 y 30 al Sanatorio local, donde al examinarlo un doctor  y practicada una tomografía computada, encontró un fuerte golpe en la zona izquierda de la cabeza, que habría sido causado por un elemento contundente, una madera o una barra de hierro, por lo que de dispuso su inmediata internación en la sala de terapia intensiva.Alvarez radicó el lunes por la mañana la denuncia y el martes le fue practicada una exitosa operación con el fin de asistirlo en la fractura de cráneo, en una Clínica de Concepción del Uruguay. Ya presenta una evidente mejoría y mejora el habla.