Tras el cierre del juicio por el brutal crimen de Flavia Verónica Schiavo, quedaron muchos puntos oscuros que seguramente demandarán investigación, aclaraciones, justicia y porqué no resarcimiento o desagravio, no sólo para que el caso no quede impune, sino para aquellos que fueron absueltos definitivamente y que estuvieron detenidos o acusados tantos años.
Por un lado la familia de la joven víctima, que tras conocerse el fallo quedó con las manos vacías y el terrible dolor que se genera a partir de la muerte de Flavia, a lo que se suma si alguna vez se encontrarán a los verdaderos culpables, no por una cuestión de venganza, sino por una simple necesidad de justicia.
Por otra parte, están los imputados que fueron absueltos del homicidio, tres de estos que ni siquiera fueron acusados por la Fiscalía de Cámara a cargo de Dardo Tórtul, que pidió cárcel a los restantes, pero esto fue revertido rotundamente por el tribunal integrado Miguel Giorgio, Marcela Badano y Andrés Torres, que además cuestionó al representante del Ministerio Público.
Entre las personas absueltas se encuentra Marcela Elizabeth Álvarez, quien fuera acusada durante 12 años de ser la entregadora de Flavia y partícipe del crimen y el secuestro de la joven asesinada en junio de 1999.
En el debate, el fiscal Tórtul pidió la absolución, ya que no había elementos que comprometieran a la mujer, debido a que hasta la testigo Casas fue muy clara en el debate diciendo que la víctima del crimen fue sacada por un joven bien vestido, y no como se dijera en principio donde se acusaba a Álvarez de esta acción, que la llevó a ser imputada tanto tiempo y a permanecer privada de la libertad, al igual que su esposo que fue acusado oportunamente por la fuga protagonizada desde la casa de Galarza al 1100 donde estaba privada de su libertad.
Álvarez, que fue representada en el juicio oral por el reconocido abogado de Paraná Marcos Rodríguez Allende, no dudó en recriminar lo que debió soportar, pero también reconoció y lamentó el dolor de la familia Schiavo, a los que entiende por su situación, destacando que se dejaron llevar por una investigación mal hecha o viciada de datos falsos, apuntando por la responsabilidad de esto a los querellantes y a investigadores privados y policiales que desviaron la pesquisa.