Una tormenta eléctrica e intensas precipitaciones determinaron la suspensión del entrenamiento de Boca en la mañana de ayer en Tandil.
La medida se tomó para evitar mayores complicaciones o incluso algún accidente luctuoso, como sucediera el año pasado en el caso de Racing. Un rayo cayó en cercanías del lugar donde se entrenaba el plantel y el cuerpo técnico llegó a la conclusión de que lo más aconsejable resultaba suspender la práctica.
El plantel realizaba tareas físicas intensas, en tanto que Juan Román Riquelme y Sebastián Battaglia se movían por su lado, cumpliendo con un trabajo especial.
En horas de la tarde, los futbolistas iban a continuar con las actividades de pretemporada pero se optó por hacer ejercicios de musculación dado que las condiciones climáticas seguían presentando inestabilidad.
Los refuerzos, mientras tanto, tardan en llegar y, mientras el caso de Santiago Silva sigue envuelto en la polémica, el mediocampista Pablo Ledesma viajaba hacia la Argentina desde Italia.
Boca tendría cerrado lo de Silva, pero todavía se enfrenta con la negativa de Vélez, que clama por la no contratación de un jugador que se fue mal del club de Liniers. “Los dirigentes de Vélez ni nos avisaron que estaban interesados por Mauro Obolo”, se quejó el vice Juan Carlos Crespi, desde la ribera.
Del otro lado, el dirigente de Vélez Julio Baldomar señaló que ese no es un buen argumento puesto que Boca salió a negociar por varios jugadores a la vez, abarcando casi todo el mercado.
Y planteó que allí esperaban que los clubes hicieran causa común con Vélez, como ha ocurrido en otros países con casos de jugadores que se fueron en mala relación con una entidad.
El otro refuerzo, Pablo Ledesma, se alejó del Catania y en las últimas horas viajaba hacia la Argentina para finiquitar su retorno a Boca.