El secretario de Ambiente Sustentable, Marcelo Gay Balmaz, dijo que este fenómeno se origina por la bajante del río Uruguay.
El funcionario indicó que, de acuerdo a los análisis efectuados, las aguas de los balnearios son “aptas para el uso recreativo” no así las del Itapé.
“El río tiene una particularidad: cuando está muy bajo, al no correr mucha agua, ésta sufre un problema como es la falta de oxigenación, que hace que proliferen las algas”, explicó el funcionario, para acotar que “en el lago (de Santo Grande) hay muchas algas que, a su vez, son arrastradas, desde el fondo, aguas abajo”.
Teniendo en cuenta el informe semanal que elabora el laboratorio instalado en la planta potabilizadora, en base a un muestreo tomado en nueve lugares, Gay Balmaz indicó que los balnearios Banco Pelay, Paso Vera, La Toma y Cambacuá están aptos para uso recreativo. No así el Itapé.
Además de acumularse las algas y de hallarse materia fecal, arrastrada por la contracorriente, se suman los movimientos de tierra, originados en el marco de la construcción del puente a la isla.
En este sentido, reiteró la recomendación de evitar bañarse en esa playa. “Cabe la posibilidad de que las pequeñas partículas, que quedan en el agua, puedan ser ingeridas por los chicos con el consiguiente riesgo de que sufran enfermedades estomacales (gastritis), vómitos o problemas de dermatitis”, detalló.