Cuatro femicidios ocurrieron en nuestra provincia durante el pasado mes de febrero. La primera mujer muerta a golpes fue Viviana Di Bacco de 42 años de edad, en Diamante, el pasado 2 de febrero. Por el crimen está imputado su marido. La segunda mujer asesinada, también a golpes, fue Liliana Rocha de 57 años; quien terminó con su vida a golpes de barreta, fue aparentemente su hijo de 27 años, un joven adicto. Ocurrió en su casa del barrio Alborada en Colón el 8 de febrero. El tercer crimen , María Alejandra Inchauspe, de 34 años, asesinada también a golpes, supuestamente por su marido un conocido psiquiatra, en la noche del pasado lunes 27 en su casa de Chajarí. El cuarto femicidio, del que también fue víctima una mujer joven, ocurrió hace pocas horas, el pasado miércoles 28 a la tarde en la ciudad de Gualeguay; está vez la víctima fue Pamela Velardi de 26 años, ultimada de un tiro en la cabeza. Está detenido por el crimen un tercero, que también hirió gravemente al marido de la joven. En 29 días, cuatro mujeres fueron masacradas en nuestra provincia, por familiares cercanos, excepto en el último caso. Hace pocos días el gobernador Urribarri en uno de sus discursos, prometió incrementar la lucha contra la “violencia machista”. Tal vez no baste con los medios que ponga a disposición el gobernador, si quién es víctima de la violencia doméstica no se anima a denunciar el hecho. Cuando una mujer es maltratada por un familiar cercano y mucho más si se trata de un hijo, le cuesta denunciar, antepone su corazón, porque su victimario es alguien a quien le guarda afecto. Por eso el trabajo para erradicar estas situaciones horribles, debe ser en conjunto. Si la víctima no denuncia que es maltratada, otra persona que conozca la situación, debe denunciar los hechos o ponerlos en conocimiento de quien corresponda. Solo así no tendremos que contar nunca más cuatro mujeres asesinadas en un mes en nuestra provincia.