Cuando lo encontraron, ensangrentado y muerto, Jacinto Franco tenía en sus bolsillos su cartera con poco más de 1.000 pesos, monedas y documentación. Ayer, alrededor de las 7, lo habrían obligado a bajar de su coche Fiat Duna, afectado al servicio de la empresa de remises El Palenque, en avenida Ejército al final de Paraná, un sector donde esa calle es de broza y está rodeada de altos pastizales del predio militar ubicado al sur de Paraná.
Se analizaba ayer de mañana que posiblemente una vez fuera del vehículo, lo ejecutaron de uno o dos balazos en la nuca, y lo dejaron tirado.
Finalmente, anoche, la autopsia detectó que el disparo pudo haber sido propinado con una escopeta recortada, ya que tras explorarse la herida se descubrieron en el interior del cráneo municiones de plomo y no se hallaron proyectiles de arma con caño estriado.
El o los asesinos se fueron con el coche, que apareció incendiado, cerca del mediodía, en una zona de bañados y monte de calle Virrey Vértiz al final, en el extremo sudoeste de la ciudad. El rodado fue divisado desde el aire, aún humeante, por personal policial que sobrevolaba la ciudad en helicóptero.
Un vecino de la zona donde ocurrió el crimen descubrió el cuerpo y llamó al Comando Radioeléctrico. La dotación del primer patrullero que llegó al lugar alertó a la comisaría 6ª y se inició un operativo para cercar el escenario del crimen.
Allí trabajaron, un rato después, el juez de Instrucción Elvio Garzón, los peritos de Criminalística y los médicos forenses.
Por los rastros de sangre y algunas marcas en el piso se sospecha que fue asesinado allí.
Franco tenía de 57 años, se domiciliaba en la zona de calles Gobernador Crespo y Gobernador Mihura y estaba separado.
“Era un hombre buenísimo. Vivía hablando de su nietita. Aquí lo queríamos todos. Lo sentimos mucho, tal es así que hemos cerrado la empresa porque estamos todos muy mal”, dijo una mujer allegada a la firma para la cual trabajaba desde hace muchos años, aunque lo hacía de forma interrumpida. Franco también se desempeñaba de chofer de camión en algunas temporadas, así como era músico en un grupo folklórico.
Versiones. Ayer de mañana, a pocas horas del hallazgo del cadáver desde la Policía surgió la hipótesis de un supuesto ajuste de cuentas o crimen con matices mafiosos. Esta versión aventurada no cayó para nada bien en el círculo íntimo de Franco. La aclaración es válida teniendo en cuenta que todos quienes lo conocían lo describen como una persona simple y cabal. La hipótesis lanzada como “ajustes de cuentas o crimen mafioso” sesga la historia de la víctima de supuestos que sus allegados niegan tajantemente.
“Por las características del hecho se sospecha que lo ejecutaron por algún motivo que no fue precisamente el robo, dado que no le llevaron la billetera y al auto lo quemaron con indudable objetivo de borrar evidencias. Podría ser un ajuste de cuentas, una venganza por algún tema pasional o incluso un crimen con mensaje para terceras personas”, especuló un comisario de alto rango .
No obstante, en últimas horas de la noche de ayer, los datos que se incorporaron a la investigación conducen las pesquisas a buscar al menos a tres personas que podrían haber encontrado resistencia al ensayar un asalto y que, posiblemente bajo efectos de alcohol y drogas, asesinaron sin piedad al trabajador del volante.
pistas. Las pericias en el cuerpo muestran que no tenía otras lastimaduras ni marcas que el orificio de bala de la parte posterior del cráneo. Tampoco presentaba ataduras, lo que hace presumir que hubo más de un autor. Uno de los dueños de la remisera ubicada en El Palenque 2.205 estimó que Franco fue asesinado al resistirse a un robo. “Desde la base se le asignó el viaje a él, como se le podría haber dado a otro chofer. Se lo mandó a una dirección específica del barrio Anacleto Medina Sur, cerca de la plaza, porque desde allí pidieron un viaje por teléfono”, relató a esta Hoja Fernando Portillo, quien aclaró que incluso quien llamó dio un nombre y apellido.
“Era una excelente persona, trabajador, no se metía con nadie. Lo único que podemos pensar es que se hayan ensañado con él porque se resistió a que le llevaran el dinero”, apuntó Portillo.
También indicó que Franco reportó que iba a hacer “un viaje largo”, y que luego perdieron contacto. “Nos enteramos por una radio, porque la Policía nos avisó después de que la noticia ya se manejaba en los medios”, se quejó Portillo.
“Ha sido un asalto. Calculamos que se resistió porque llevaba bastante plata. En algunos medios llegaron a decir que era prestamista, porque tenía algunos pesos en el bolsillo. Llevaba una cifra que para cualquier trabajador es mucha plata, y debe haber querido defender lo suyo”, opinó el entrevistado.