A Saúl Leonardo Berón lo atraparon con casi medio kilo de cocaína en la terminal de ómnibus de Victoria, pero antes los policías siguieron su recorrido, de ida y vuelta en colectivo, y su paseo en Paraná por el barrio Puerto Viejo y la zona del Parque Urquiza en un remís.
A Berón lo venían siguiendo desde hacía un tiempo, y por la información que manejaba la Policía acerca de su vinculación con el mundo del narcotráfico, desde la Justicia federal se ordenaron medidas de vigilancia para determinar los movimientos que realizaba el hombre, hoy de 63 años. Así fue como cayó en manos de la policía y luego de la Justicia.
Así fue que el 10 de mayo de 2010 una comisión policial siguió a Berón desde su arribo a un colectivo de la empresa Jovi Bus con destino a Paraná. Tras bajarse en la Terminal de la capital provincial, el hombre se dirigió hacia el barrio Puerto Viejo, luego se subió a un remís VW Gol de la empresa San Cayetano con destino al casino Neo Game, ubicado en el lujoso hotel Mayorazgo del Parque Urquiza. Estuvo allí un rato, hasta que salió y volvió a subirse al mismo remís, que lo llevó nuevamente hasta Puerto Viejo, ingresó a una vivienda y salió con una bolsa lila a rayas. Más tarde, fue a la terminal de ómnibus para partir en un colectivo de la misma empresa de regreso a Victoria.
Un cabo de la Policía subió al colectivo para no perderle el rastro, mientras un móvil policial seguía el vehículo desde atrás. Al llegar a la Terminal de Victoria Berón se bajó y un grupo de policías le gritaron la voz de “alto”. En ese instante, el hombre dejó caer entre sus pies dos paquetes y fue detenido. Los perros adiestrados de la Policía marcaron las bolsas, y personal de Toxicología realizó el narcotest, que cuyo resultado arrojó que se trataba de cocaína. En uno de los paquetes había 41 envoltorios, que en total pesaban 216 gramos, y en el otro había otros cuatro, de mayor tamaño, que pesaban 211 gramos. En total había más de 400 gramos de la sustancia, con la que se podían armar y vender 1.855 dosis de cocaína, según los peritos.
El fiscal federal de Victoria, José Ignacio Candiotti, lo acusó del delito de Transporte de estupefacientes, y en su pedido de elevación de la causa a juicio afirmó que Berón se proveyó de la droga en una finca de Puerto Viejo, de Paraná, para su traslado a Victoria. En esta localidad, por la cantidad de cocaína que portaba el hombre, se sospecha que tenía como destino la venta al menudeo.
El fiscal pidió una serie de medidas con el fin de determinar cuál era el domicilio de Puerto Viejo donde Berón adquirió la droga. Pero las mismas resultaron negativas, y desde la Policía explicaron que el seguimiento al hombre se realizó desde una distancia prudencial, por lo cual la vigilancia no alcanzó a ver de qué vivienda se trató.
Ayer se realizó el juicio abreviado a Berón, quien estuvo representado por el defensor oficial Mario Franchi, y tras mantener un diálogo con la fiscal de Cámara, Marina Herbel, llegaron a un acuerdo: el hombre reconoció su responsabilidad en el hecho y aceptó cumplir cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo, en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná. El tribunal, integrado por Noemí Berros -presidenta-, Lilia Carnero y Roberto López Arango, no objetó la negociación y anunciará el veredicto.

Familia con historia
Según informaron fuentes periodísticas de la ciudad de Victoria , el condenado es el suegro del Topo Darío Solís, quien junto a otros sujetos fue sorprendido detrás de la terminal de ómnibus de Victoria hace un par de años, con más de seis kilos de marihuana.
Además, “los Solís”, como los conocen en la ciudad, tienen varios antecedentes que los configuran como una familia “problemática”, de calle San Miguel, en la zona del Primer Cuartel