Al referirse a la expropiación del 51% de las acciones de la petrolera, filial de la española Repsol, dijo que, en todo caso, "el error de la Argentina fue haber vendido" YPF en 1992. "Pero es un error viejo", diferenció. "Si lo arregla o no lo arregla es problema del pueblo argentino", enfatizó el mandatario uruguayo.Mujica utilizó su estilo campechano para mostrar su acompañamiento en la decisión de Cristina Kirchner. "Nuestra solidaridad en las verdes y en las maduras. No nos gusta la prepo [la prepotencia] de Europa rica. Argentina puede cometer errores como cualquiera, pero tiene también sus razones. Prepo no", añadió.El plan argentino generó una fría recepción en la mayoría de los gobiernos de América Latina, que se dividieron entre quienes rechazaron abiertamente la medida y quienes aseguraron que no provocará impactos en sus empresas o economías.Además de Uruguay, sólo desde Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez lleva más de una década transitando el camino de las nacionalizaciones, llegó una declaración de apoyo pleno a la decisión argentina.Desde Perú, el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, dio su punto de vista: "Respetamos las políticas de nuestros vecinos, pero definitivamente no compartimos esas políticas. Hemos aprendido de la forma más dura hacia dónde llevan esas políticas insanas".Uno de los argumentos del gobierno de Cristina Kirchner es que se tomó este camino tras no lograr que Repsol-YPF realice las inversiones necesarias para detener la caída en la producción. En ese punto se diferenció el presidente boliviano, Evo Morales.Morales dijo que entre Repsol-YPF y el Gobierno boliviano -que en el 2006 nacionalizó la industria del gas- hay una "relación de mucha confianza". Especialmente porque el gigante español "respeta toda la normativa boliviana".México, por su parte, fue categórico. "Me parece muy lamentable que el Gobierno de Argentina haya tomado una medida que no le va a hacer bien a nadie", dijo el presidente Felipe Calderón.Otra línea de reacción fue la de Chile y Brasil. En el país trasandino dejaron claro que apoyarán a la petrolera estatal Enap, que tiene inversiones por unos 100 millones de dólares en asociaciones de exploración y explotación con Repsol-YPF en Argentina, en caso de que sus intereses se vean afectados por la expropiación.La respuesta formal de Brasil fue positiva. Pero es uno de los países con mayor necesidad de negociar, porque la presión del Gobierno argentino contra Repsol-YPF ya tocó los intereses de la estatal Petrobras, que sufrió la quita de una concesión en la provincia patagónica de Neuquén a manos de la administración provincial.