En medio de la conmoción que sacude a la ciudad por el asesinato de otro comerciante, miles de uruguayenses se movilizaron frente a la sede departamental de la Policía de Entre Ríos, donde entre insultos y reclamos, el ministro de Gobierno Adán Bahl anunció algunas medidas destinadas a dar respuesta a la demanda de seguridad y justicia.

Bahl anunció 50 policías patrullando, trabajo conjunto y combate directo al narcotráfico. La multitud apenas lo escuchó y optó por insultarlo duramente, como a los funcionarios locales que acompañaban al ministro. El intendente Carlos Schepens, visiblemente afectado por los sucesos, prefirió no hablar ante el numeroso público presente. Poco antes, la titular del Concejo, Ana María Díaz, había sido increpada con dureza por los manifestantes.

Tras el segundo asesinato en asaltos ocurridos en cien días, miles de personas se movilizaron este lunes en Concepción del Uruguay, concentrándose en la Plaza Ramírez, el centro institucional de la ciudad, con el eje en la sede de la Policía de Entre Ríos, adonde poco antes se dieron cita el ministro de Gobierno de la provincia, Adán Bahl, y el jefe de la Policía entrerriana, Héctor Massuh, con funcionarios locales encabezados por el intendente Carlos Schepens y el diputado provincial Marcelo Bisogni, así como representantes de la justicia provincial, como el fiscal Diego Young.

Luego del encuentro y la espera en la calle -que incluyó momentos de fuerte tensión entre los manifestantes y funcionarios municipales- el ministro Bahl salió a hablar acompañado por Massuh, Schepens y Bisogni. Anunció que en horas de la tarde llegarán 50 efectivos policiales a Concepción del Uruguay y se defendió de los insultos y cuestionamientos recibidos: "No somos Dios para garantizar situaciones determinadas, pero sí somos responsables y queremos hacernos responsables de estas circunstancias". Respecto de las soluciones propuestas, aseguró que "la única manera es trabajar en conjunto con el intendente, el jefe de la policía y la justicia".

Aunque ya hay dos detenidos por el asesinato de Jorge René Ortiz, la cercanía del episodio con el crimen de Darío Ferrer (en febrero) y la creciente ola de delitos, provocaron un estallido de indignación que movilizó a buena parte de la sociedad uruguayense. Fueron centenares los comercios que cerraron sus puertas a las 11 para dirigirse a la Plaza e incluso escuelas que invitaron a sus alumnos a acercarse a la movilización.

Hubo momentos tensos cuando los manifestantes increparon a funcionarios municipales que, en la vereda de la Policía, intentaban calmar a los más exacerbados. Ana María Díaz, presidenta del Concejo Deliberante, discutió cara a cara con vecinos y soportó críticas expresadas con corrección y también algunos insultos.