29 de junio de 2012 |
Prevención de enfermedades respiratorias y cuidado de bebés |
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Consejos para pasar un invierno saludable
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Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo al toser o estornudar, constituyen pequeños actos que contribuyen a disminuir el impacto de las enfermedades respiratorias.
También se aconseja tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos; ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros lugares cerrados; mantener limpios picaportes y objetos de uso común, no compartir cubiertos ni vasos y enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y el hogar.
Además, se recuerda que las personas comprendidas en los grupos de riesgo aun pueden y deben vacunarse contra la gripe, lo que podrán hacer en forma gratuita en cualquier centro de salud.
Están en esa situación las embarazadas y puérperas; los niños de 6 meses a 2 años (quienes deben aplicarse 2 dosis); las personas entre 2 y 64 años con enfermedades de base y el personal del sistema de salud.
Los cuidados de los más pequeños
Un capítulo aparte merece el cuidado de los bebés y niños. Es importante saber que la prevención de la mayoría de las enfermedades empieza con la lactancia materna. A través de ella, se transmiten defensas que permiten que los niños estén en mejores condiciones para enfrentarlas; por eso, si un bebé está enfermo, además de consultar inmediatamente al médico, es fundamental no dejar de amamantarlo.
Por otra parte, si un niño menor de 5 años presenta fiebre, ruidos al respirar, tos, decaimiento o rechaza la comida, esto debe ser entendido como un “signo de alarma” y hay que llevarlo sin demora al centro de salud más cercano. Allí los profesionales podrán detectar y tratar a tiempo las infecciones respiratorias, impidiendo que desarrollen cuadros graves.
Específicamente los niños de entre 6 meses y dos años deben aplicarse la vacuna antigripal incluida en el Calendario Nacional, al igual que las mujeres que tienen bebés menores de 6 meses para protegerlos a través de la leche materna.
Los ambientes donde se encuentran los niños deben ser ciento por ciento libres de humo de tabaco dado que el mismo disminuye el funcionamiento de las defensas del aparato respiratorio en los niños más pequeños, y no deben ser excesivamente calefaccionados.
El cuidado del aire interior de las viviendas también requiere evitar el humo de leña, ventilar las habitaciones donde hay brasas o una llama porque producen monóxido de carbono (un gas altamente tóxico), cuidar la casa del moho y la humedad para prevenir el desarrollo de bacterias y evitar la aplicación de insecticidas en aerosol.
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