Adrián Abud comenzó la jornada de trabajo como lo hace todos los días, desde hace ocho años, a bordo del móvil 085 de la Cooperativa Radio Taxi de la capital provincial. Pero de pronto el día, que se asemejaba a todos los demás, dio un giro inesperado que podría haber solucionado seguramente muchas cuestiones relacionadas con el dinero. Sobre el asiento trasero del coche descubrió que habían olvidado un bolso, sorprendido lo abrió para buscar rastros del propietario y se encontró con que en su interior había plata, mucha plata.
El hecho se produjo el jueves de la semana pasada y trascendió varios días después porque Adrián, que vive en una casa alquilada junto a su señora y sus cuatro hijos, no quería que se sepa.
“Me bajo a un quiosco porque tenía que hacer una recarga del celular y cuando subo de nuevo al auto me doy cuenta de que en el asiento de atrás alguien se había olvidado un bolso. Lo abrí para ver de quién podía ser y me encontré con que adentro había mucha plata en efectivo y cheques. A los minutos desde el sistema satelital del taxi preguntaban si alguien había tomado un viaje en Galán y Pirán, y que si había quedado un paquete (no decían que era plata, ni nada) en ese auto. De inmediato di aviso de que era yo y que se quedaran tranquilos que tenía el bolso y se lo iba a devolver, sólo necesitaba que me digan dónde tenía que dejarlo”, dijo Adrián, que trabaja entre ocho y nueve horas por día arriba del auto.
“En total eran $320 mil pesos, entre efectivo y cheques. Cuando vi que había esa plata, me preocupé porque el pasajero era un hombre mayor y pensaba que si la necesitaba con mucha urgencia le podía pasar algo por el susto de haber perdido tanto dinero. Pero por suerte, enseguida se la pude devolver, habrán pasado unos 20 minutos más o menos”, detalló.
Sobre su decisión dijo: “Pienso que si la encontraba otra persona, por ahí no la devuelve. Inmediatamente pensé en esa persona que se había olvidado la plata y se lo devolví. Me retribuyó con 100 pesos”, afirmó el chofer que está ahorrando para comprarse un auto y tener una licencia propia.
“Muchos compañeros me felicitaron por la actitud, aunque algunos no (dice entre risas). Es la situación la que te dice cómo actuar, uno tiene que estar ahí en el momento. Era un dinero que seguramente a un laburante como yo le solucionarían muchas cosas, pero sin dudarlo decidí devolverlo de inmediato”, indicó Adrián, orgulloso de su actitud.
En la charla se aprecia la simpleza y la honestidad del hombre, que dan cuenta que la forma de actuar del taxista no se debe a un caso excepcional sino que lo hace siempre de la misma manera, en una sociedad que muchas veces en la práctica no se rige con esos códigos.
“Es la primera vez que me pasa algo así, con tanta plata. No sé si es común, pero la gente se olvida muchas cosas en los autos y por ahí el taxista o el remisero está mal visto, pero tienen que entender que uno no siempre mira para atrás y que los viajes siguen y suben otros pasajeros. En mi caso el miércoles de esta semana una persona se olvidó un celular de $800 y se lo fui a llevar al hotel donde estaba. También en otras oportunidades se han olvidado hasta $2.000 y también los he devuelto, al igual que otras cosas”.
