El cura Justo José Ilarraz, sobre quien pesan graves acusaciones de pedofilia mientras ocupó el cargo de subprefecto de disciplina a cargo de los alumnos pupilos del Seminario de Paraná, entre los años 1984 y 1992, permanece en la provincia de Tucumán, aunque su localización exacta no quiere revelar.
Su abogado, Jorge Muñoz, dijo que el sacerdote, nacido en Paraná, y que entre otras responsabilidades tuvo a su cargo la asesoría religiosa del Club Atlético Patronato, los Cursillos de Cristiandad y la Acción Católica, dio misa hasta el domingo 9 en el templo que ocupó en los últimos ocho años, Sagrado Corazón, del barrio Ñuñorco de Monteros, una ciudad ubicada a 47 kilómetros de San Miguel de Tucumán.
El abandono de sus responsabilidades sacerdotales se produjo a pedido expreso del dominico José María Rossi, obispo de Concepción (Tucumán), bajo cuya jurisdicción estaba Ilarraz. Rossi le habría ofrecido tomarse un año de licencia a Ilarraz hasta que se aclare su situación en el proceso canónico en marcha en Roma. Por alguna razón, la investigación canónica hecha en Paraná no arrojó ningún resultado.
Por eso, el arzobispo Juan Alberto Puiggari, que asumió en marzo de 2011, decidió reactivar la causa, acordó con Rossi suspender a Ilarraz en sus funciones sacerdotales, y remitió al Vaticano las actuaciones realizadas dos décadas atrás. “Simplemente, se le ha sugerido que hasta tanto se debatan en Paraná las actuaciones, quede suspendido en las facultares pastorales”, dijo el letrado.
Pero además del proceso canónico, Ilarraz deberá enfrentar también una investigación judicial que motoriza el procurador general de la Provincia, Jorge Amílcar García. Para hoy, se espera que desde la Procuración hagan una presentación en la Justicia de Instrucción y comenzar así a investigar penalmente al sacerdote.
Pero Ilarraz se adelantó. Su abogado presentó ayer en el Juzgado de Garantías de Monteros, a cargo del juez Mario Reinaldo Velásquez, un hábeas corpus preventivo. “De este modo, se busca garantizar la libertad ambulatoria del sacerdote”, explicó. También solicitó copias de eventuales actuaciones judiciales iniciadas en Paraná o en Tucumán con denuncias por abuso.
De todos modos, Muñoz descree de las posibilidades de éxito de las denuncias que se puedan presentar en Entre Ríos en contra de su cliente. “Se están instruyendo actuaciones sin denuncia de parte. Y este tipo de delitos que se imputan dependen para su promoción que existan denuncias de las víctimas. No hay denuncia de parte, razón por la cual todas las actuaciones que pueda iniciar el procurador de Entre Ríos resultarán un procedimiento nulo”, aseguró.
–¿En qué situación está el sacerdote?
–En estos momentos, está suspendido en el ejercicio de sus funciones pastorales. Esto fue así a pedido del obispo de Concepción. El obispo le pidió personalmente al sacerdote que presentara un pedido de licencia. Pero no hay condena. Simplemente se le ha sugerido que hasta tanto se debatan en Paraná estas actuaciones que iniciará la Justicia, quede suspendido en las facultares pastorales. En principio, el pedido de licencia es por un año, con la posibilidad de prorrogarla por otro año más.
–Se habló mucho respecto del paradero del sacerdote. ¿Sigue en Tucumán?
–Sigue en Tucumán, pero no en Monteros. Me ha pedido expresamente que no diga donde está. Anímicamente está muy mal, porque esto ha sido un impacto muy grande para él. Estamos tratando de preservarlo para que cuando deba presentarse ante la Justicia de Paraná, pueda hacerlo, sin inconvenientes. En principio, la idea que tenemos es una presentación espontánea no bien se radique la denuncia en la Justicia.
El escándalo de la noticia de los abusos cometidos por el cura Ilarraz en el Seminario ha conmocionado a la Iglesia de Paraná. Los hechos ocurrieron entre 1984 y 1992 y aunque fueron investigados por la propia curia no hubo nunca una condena, ni una sanción contra el sacerdote. En vez de eso, se le permitió viajar a Roma –allí fue vicerrector de la Iglesia Argentina, según recordó su representante legal– y de regreso al país obvió radicarse nuevamente en Paraná.
Primero estuvo en Córdoba, luego en Tucumán, en Concepción, primero, y en Monteros, después. En este último lugar fue párroco del Sagrado Corazón. Allí, contó su abogado, “dio misa con toda normalidad, hasta el domingo pasado. No hace un mes, como se dijo”. Y aclaró que la presentación del habeas corpus preventivo se realizó ante “la posibilidad, remota a mi entender, porque no hay causa penal, de que un exhorto que salga de Paraná con destino a Tucumán ordene su detención”.
Aquí, en los años que estuvo en el Seminario, El Gallego o El Gaita, como lo conocían los que tenían trato cercano con él, tuvo a su cargo a los chicos que estaban como pupilos en el Seminario, y cometió aquellas tropelías que le endilgan. Pero también fue promotor vocacional; ejerció como asesor del Club Atlético Patronato, estuvo a cargo de la Comisión Episcopal de las Misiones, y ejerció el sacerdocio en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, fue capellán del Colegio La Salle, y vice asesor de dos movimientos católicos, Cursillos de Cristiandad y la Acción Católica Argentina (ACA).
Ahora su estrella se opacó, enlodada por graves acusaciones de pedofilia, que durante años estuvieron silenciadas.
–¿Qué dice Ilarraz de los cargos en su contra?
–En conversaciones privadas que he mantenido con él, niega todos los hechos. Yo particularmente tengo conocimiento que hubo un procedimiento interno de la Iglesia –a cargo de los sacerdotes Silvio Fariña y Alfonso Frank, de 1993, NdelR–, pero lo que se haya resuelto lo desconocemos. El sacerdote no está notificado de los resultados.
–¿Por qué, entonces, lo apartan de sus funciones pastorales?
–El argumento que invoca el obispo es la prudencia. Entiende que por una cuestión social, correspondía que se produjera el apartamiento en forma voluntaria.
El procurador confía en la presentación del cura
El procurador general de la Provincia, Jorge Amílcar García, espera que el cura Justo José Ilarraz se presente en forma espontánea a la Justicia entrerriana no bien comiencen las investigaciones para esclarecer los casos de abuso ocurridos en el Seminario entre los años 1984 y 1992. Y desestimó el recurso de hábeas corpus preventivo presentado ayer en los tribunales de Tucumán. “No entendemos el porqué de ese planteo. No pesa ninguna orden de captura. En principio, no ordenamos su detención, así que no sé por qué lo hicieron”, dijo. No obstante, confía en su predisposición a presentarse y declarar cuando sea convocado por la Justicia provincial. “Lo mejor que puede hacer es ponerse a disposición de la Justicia”, aseguró García.
–El abogado de Ilarraz dice que no puede prosperar ninguna investigación por cuanto no hay denuncia de las víctimas.
–Eso es falso. Estamos ante un delito de corrupción de menores, que es un delito de acción pública, y la Justicia puede actuar de oficio.