El “síndrome del niño sacudido” es aquel que padecen los bebés con lesiones físicas y cerebrales, producto de ser agitado por los brazos de mayores, en el intento de callarlos. Médicos de Paraná que revisaron a una niña de tres meses, afirmaron que era maltratada al constatarle fracturas en algunas costillas. Por esto denunciaron en la Justicia a Emanuel Tortul y Silvina Viola, los padres de la bebé, y tras la intervención del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), les quitaron la tenencia. Más de cinco años después de los supuestos hechos, cuando la víctima está por empezar la escuela, la causa llegó a juicio oral y público. Los padres se defendieron: negaron haber maltratado a su hija, y sostuvieron que se trató de un error de diagnóstico de los médicos. Además, contaron de los problemas y trastornos que el proceso judicial les ocasionó.
Según la requisitoria fiscal, en al menos tres ocasiones diferentes, cuando la bebé tenía entre uno y tres meses (entre noviembre de 2006 y enero de 2007), ocurrieron los episodios violentos en que la niña resultó herida. En esas ocasiones había ingresado al Hospital Materno Infantil San Roque y al Sanatorio del Niño “con signos de maltrato”, según médicos pediatras y personal de los nosocomios.
Fue en la última ocasión cuando llevaron a la bebé al Hospital, donde al médico le llamó la atención el tipo de llanto y los movimientos convulsivos, y aunque no le notó golpes, las placas mostraron fracturas múltiples en costillas, y una tomografía observó un edema cerebral, que en el mencionado síndrome se produce porque la víctima no tiene los músculos del cuello fortalecidos ni tampoco el cerebro totalmente desarrollado.
Por esto se dio intervención al Copnaf y al equipo técnico judicial, quienes sospecharon de la posible existencia de maltrato infantil, por lo cual el Juzgado de Familia ordenó quitarle la tenencia a los padres. Tortul y Viola fueron procesados por el delito de Lesiones graves calificadas por el vínculo, según entendió la fiscalía de primera instancia, por acción u omisión, ya que eran los garantes de la integridad de la niña.
Luego de un tiempo de estar con familias de guarda, la bebé quedó a cargo de su abuela, donde podía ser visitada más seguido por sus padres.
Los acusados ejercieron su defensa y declararon ayer ante el tribunal, integrado por Miguel Ángel Giorgio -presidente-, Hugo Perotti y José María Chemes, y respondieron las preguntas de la fiscal de Cámara, Carolina Castagno.
Emanuel Tortul, remisero de 31 años, defendido por el abogado Enrique Ortegui, rechazó las acusaciones, recordó los problemas de salud que presentaba su hija durante los primeros meses de vida, aunque no sabían por qué eran ni les explicaron, y sostuvo que desconoce por qué se podrían haber ocasionado las lesiones en la bebé.
En aquel entonces trabajaba mucho y el resto del tiempo lo dedicaba a estar con su hija, y dijo que “ser acusado por ser el padre sin saber qué pasaba cuando yo no estaba, duele mucho”. Además, Tortul dijo que luego de este conflicto tuvo graves problemas de salud.
Por su parte, Silvina Viola, funcionaria del Servicio Penitenciario de Entre Ríos, de 29 años, defendida por Guillermo Retamar, se refirió a los problemas de salud que tuvo su hija y las reiteradas visitas a médicos, hasta el día que quedó internada, por tener vómitos y convulsiones. Afirmó que en el Sanatorio del Niño dos médicos discuten sobre el diagnóstico, y luego los acusaron a ella y su pareja de ocasionarle las lesiones del síndrome del niño sacudido.
La bebé quedó internada y les quitaron la tenencia a los padres: “Estuvimos una semana durmiendo fuera del sanatorio, porque no nos dejaban entrar”, recordó Silvina, y dijo que luego “se la dieron a una familia sustituta, podía verla una hora por día, me la daban sucia y desabrigada, hasta que se la dieron a mi mamá”.
La mujer no ocultó el sufrimiento de estos años por el largo proceso judicial, y negó haber jamás sacudido ni golpeado accidentalmente a su hija, y lamentó que desde entonces tiene que ir con su madre o algún familiar para llevar a la nena a la placita: “Yo lo único que quiero es recuperar a mi hija”, reclamó Silvina.
Mediante una carta dirigida al tribunal, la imputada Silvina Viola (asistida legalmente por Guillermo Retamal) efectuó planteos de recusación y de prescripción de la causa. En la misma, afirmó que en una instancia de apelación, los jueces “adelantaron opinión” y “prejuzgaron” al resolver sobre la prescripción de la acción penal, y además reiteró que “no causó ni tenía conocimiento de las lesiones” que padecía su hija.
Además sostuvo: “No siento que seré juzgada con imparcialidad, sino por preconceptos, por delitos que no cometí”.
Al respecto, la fiscal de Cámara consideró que se debía rechazar el planteo de recusación, ya que nunca se prejuzgó el delito, al igual que el de prescripción por ser “insólito”.
Luego de deliberar unos minutos, el presidente del tribunal, Miguel Giorgio, sostuvo que “es incomprensiblemente improcedente” el planteo de la acusada, pero entendió que no por su responsabilidad sino más que nada a instancias de su defensa. “El tribunal solo se limitó a examinar las razones de la fiscal por lo cual se plantea el rechazo a la prescripción (...) No tiene asidero el planteo temerario y debe ser rechazado” ya que “hay un propósito meramente dilatorio del proceso”, afirmó Giorgio.
Luego el camarista agregó: “Párrafo aparte merece la actitud procesal del letrado”, quien dijo que firmó la carta por no tener otra alternativa, y por sostener “frases temerarias contra el tribunal”. Le efectuarán “un llamado de atención por su actitud procesal.