15 de noviembre de 2012 |
GUALEGUAYCHU. |
CONTADOR DEBERA CUMPLIR PRISION EFECTIVA.
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El STJ no encontró elementos para revocar la sentencia a siete años y seis meses de prisión efectiva, más la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, que dictó la Cámara del Crimen de Gualeguay. Ahora los abogados defensores del contador evaluarán si recurren ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Caso contrario Giménez deberá ir a prisión. Giménez no solo quedó a un paso de la cárcel, sino que también tendrá que hacerle frente a la demanda civil presentada por la Municipalidad de Gualeguaychú que le reclamó 2.791.192,92, cifra que deberá ser abonada con los intereses correspondientes. Giménez había llegado a la Justicia acusado de haber tomado fondos estatales durante 2005 y volcarlos poco después en mesas de dinero en Buenos Aires. El hecho fue denunciado por el intendente José Daniel Irigoyen tras la confesión quebrada de Mariela Watters, una empleada del área de Tesorería, el 30 de junio de 2005, y este año se realizó el juicio en Gualeguay. Se trataría del mayor acto de corrupción en décadas en la Municipalidad de Gualeguaychú. La causa de Tesorería, que incluyó el faltante de 3,5 millones de pesos en la Municipalidad de Gualeguaychú, marcó el inicio de la caída política de Militancia Peronista-Nuevo Espacio. El contador Giménez, que era el tesorero, permaneció detenido varios meses hasta que se dispuso que permaneciera en libertad durante el proceso. El resto de los juzgados En la causa por el desfalco a la Municipalidad de Gualeguaychú el fiscal de la Cámara Dardo Tórtul solo pidió condena para Giménez. El fallo de la Cámara en lo Criminal de Gualeguay se encuentra firme respecto de las absoluciones dispuestas en relación al exintendente José Daniel Irigoyen, al exsecretario de Hacienda Néstor Pérez y al excontador municipal Pedro Pomés. Irigoyen, Pérez y Pomés fueron absueltos de culpa y cargo. Inicialmente, los dos primeros habían sido acusados por malversación culposa reiterada, y Pomés por omisión de deberes del oficio. En palabras más sencillas, se los acusaba por conductas negligentes o descuidadas que hubieran podido facilitar el accionar que ahora se le imputó exclusivamente a Giménez.
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