En su primer artículo, la norma establece la inclusión "en el Plan Médico Obligatorio de la República Argentina, la vacuna Bacilo de Calmette y Guerín para la población pediátrica del territorio nacional".
La iniciativa había recibido en noviembre del año pasado media sanción del Senado y ahora, al igual que entonces, obtuvo el apoyo unánime de los legisladores.
Según la Organización Mundial de la Salud, la aplicación de la vacuna reduce la posibilidad del foco primario de infección entre el nacimiento y los cinco años de vida, período en que esa afección puede derivar en casos fatales.
De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, el 16% de los niños recién nacidos no reciben la vacuna en el momento de nacer, lo que implica que alrededor de 100 mil niños por año carecen de esta protección.
Al incorporar la vacuna al PMO, se obliga a inmunizar a todos los recién nacidos, cubriendo al 100%.