Otra muerte absurda. Una familia más, dolorida, desconsolada, sin explicaciones. Irma Esther Schmall, una mujer de 64 años que vivía en la ciudad de General Ramírez, había venido a Paraná a visitar a su hijo, que el fin de semana pasado se mudó a un dúplex de calle Diamante, a pocos metros de la esquina de España.
Contenta, de paseo, ayer a la mañana salió a recorrer el nuevo barrio de su familia. Alrededor de las 10.30 fue a la verdulería de la esquina. Hizo compras, conversó con el comerciante y eligió las mejores frutas para el almuerzo. Después cruzó hasta la florería ubicada en la otra ochava, para buscar un ramo para regalárselo a su nuera. Se mostró alegre y le contó a la vendedora que estaba conociendo la zona donde ahora vive su hijo. Cuando volvió a traspasar calle España, de norte a sur y por la senda peatonal (de lo cual daban cuenta, en el lugar del hecho, una ojota de la víctima), en un segundo, encontró la muerte de un modo inconcebible.
Schmall fue arrollada por un Renault 12 gris, patente VVT307, que viajaba por Diamante, de sur a norte, y al doblar por España, hacia el oeste, chocó a la mujer, cuyo cuerpo quedó en el asfalto a unos 20 metros de la bocacalle.
“Llamamos a la ambulancia y a los familiares, porque ella nos había comentado que el hijo trabaja en la Clínica Modelo”, relató otro vecino.
El conductor, un hombre de 57 años que vive en Paraná y se apellidaría Petrucci. Viajaba solo, y según los testigos, bajó del coche tomándose la cabeza con las manos.
“Entró en estado de shock. Decía ‘me quiero morir, mirá lo que hice, me tengo que morir yo también”, contó una vecina, mientras miraba consternada cómo iban y venían los médicos y los peritos de Criminalística, desde el móvil policial hacia el lugar donde quedó el cuerpo sin vida. El auto gris terminó atravesado sobre la cinta asfáltica, y desde la senda peatonal hasta las ruedas traseras había una marca de una frenada breve. De ello tomaron nota la jueza Marina Barbagelata y la fiscal Laura Cattáneo, que observaron la escena del accidente y además conversaron con algunos testigos.
PELIGRO. “Acá se necesita un semáforo”, sentenció Teresa, en la vereda de una de las florerías de esa esquina. “No sé si los que vienen por España llegan a esta zona con mucha velocidad, o si los que vienen por Diamante cruzan o doblan sin mirar, pero todos los días hay problemas. Autos, carros, motos. Siempre hay accidentes”, relató la comerciante, que además pidió que en ese sitio se coloque un semáforo u otra medida de reducción de la velocidad. Y remató: “A veces estamos conversando con algún cliente en la vereda y le pido que pasemos al negocio, porque hubo casos en los que hasta entraron vehículos dentro de los locales”.
“El conductor del Renault 12 fue trasladado al Hospital San Martín ya que se encontraba en estado de shock”, indicó el comisario Raúl Menescardi, de la comisaría primera.
El hombre quedó demorado, a disposición de la jueza Barbagelata, y el auto fue trasladado a la seccional de calle Tucumán.