En la madrugada del sábado un interno que cumplía una condena de siete años por robos y resistencia a la autoridad, se fugó de la Unidad Penal Nº 2 de Gualeguaychú, tras saltar el cerco perimetral del pabellón de mínima seguridad que da a calle Pellegríni, para luego salir por una ventana que da a calle Goldaracena.

El joven de 23 años, Sebastían Solís, domiciliado en Victoria, cumplía su condena en esa localidad, pero trasladado a la unidad local, al ser sancionado, dado que agentes penitenciarios le encontraron un celular dentro de su celda y como castigo fue trasladado durante unas semanas a la UP 2, donde se encontraba alojado en el pabellón de autodisciplina de mínima seguridad.

Solís estaba a la espera del cumplir el plazo volver de su escarmiento, para luego regresar a la cárcel de Víctoria, donde debía terminar de purgar los tres años restantes de su condena.

“Este interno fue trasladado a nuestra unidad, por un período, pero el Juzgado le mantuvo la calificación de su conducta que era de 9,7 puntos y en poco tiempo más debíamos hacer la otra evaluación de su conducta para que pudiera retornar a Victoria”, explicó el jefe interino de la UP 2 subprefecto Alejandro Ezpeleta.

El interno se fugó cerca de las 3 de la madrugada, y su huída fue captada por el sistema de videovigilancia de la unidad. Desde la jefatura de la UP 2 de inmediato se activó sus sistema de rastreo, al dar anuncio a todos los oficiales y agentes del Servicio Penitenciario local, que en ese momento se encontraban en sus casas en guardia pasiva. En la búsqueda, Ezpeleta contó con el apoyo de los efectivos de la Unidad Penal N° 9 perteneciente a la Granja Penal de Colonia El Potrero.

Al no poder dar con el interno de forma inmediata, cerca de las 7:30 se pidió el apoyo de la Jefatura Departamental de Policía y finalmente Solís, fue capturado en el barrio La Tablita en Misiones y Brasil, donde fue encontrado caminando por esas inmediaciones a las 11:30 de la mañana del sábado.

El jefe interino de la unidad, agradeció la colaboración de la Jefatura Departamental de Policía y de la jefatura de la Unidad Penal N° 9, cuyo apoyo fue determinante para que el hecho no tuviera un final más dramático.

La fuga ocurrió a diez días del fallecimiento de Jésica Ocampo, quien apareció muerta el martes 12 de febrero a las 16:30 en la unidad de visitas familiares de la dependencia local, en la cual la Justicia investiga si fue asesinada por su pareja Marcelo Schiaffino.