La medida supondrá un recorte de facto en torno a los 15 puntos porcentuales que cobran hoy las entidades privadas por este producto. Las tasas de interés que cobran los bancos privados por las tarjetas de crédito se ubican, desde hace meses, cerca del 45 por ciento anual. Curiosamente, ya están reguladas por el Banco Central, que determina que nunca pueden superar el 25 por ciento de lo que cobra el mismo emisor del plástico por sus préstamos personales. Dos cámaras bancarias, ADEBA (de los bancos privados) y Abappra (de los públicos), anunciarían un tope del 30 por ciento anual para las tasas de interés que cobran por el financiamiento a las tarjetas de crédito. La medida supondrá un recorte de facto en torno a los 15 puntos porcentuales que cobran hoy las entidades privadas por este producto (el promedio está en el 45 por ciento anual).
Mientras tanto, se esperaba la respuesta de ABA, la cámara que agrupa a las entidades extranjeras: "Si salen ellos, lo anunciamos juntos. Si no, lo decimos nosotros solos", confiaba ayer una de las fuentes del sector que se encargaba de poner a punto la iniciativa.
Los principales presidentes de ABA se reunieron la semana pasada para analizar la medida, no bien recibieron las primeras "recomendaciones" oficiales. Como el pedido no fue formal, los ejecutivos coincidieron en que no tomarían ninguna decisión hasta tanto el Banco Central no emitiera una normativa al respecto. Consideran que, si lo hicieran, no tendrían forma de explicar a sus casas matrices las razones de esta inédita estrategia.
Las tasas de interés que cobran los bancos privados por las tarjetas de crédito se ubican, desde hace meses, cerca del 45 por ciento anual. Curiosamente, ya están reguladas por el Banco Central, que determina que nunca pueden superar el 25 por ciento de lo que cobra el mismo emisor del plástico por sus préstamos personales. Los bancos que representan Jorge Brito (ADEBA) y Juan Carlos Fábrega (Abbapra) saldrán ahora a ajustar un poco más esa regulación, a pesar de que, sólo en esta semana, el costo que pagan por un depósito mayorista en las mesas de dinero.