El asesinato de Diego Wetzel, un hombre de 25 años ocurrida el sábado a la madrugada en Concepción del Uruguay, movilizó a cientos de personas que protestaron en horas de la noche del mismo sábado en reclamo de justicia y seguridad. En el marco de esta marcha, la multitud se encontró con la jueza María Cristina Calveyra, vocal de la Cámara Penal de Concepción del Uruguay, que se encontraba caminando por Plaza Ramírez junto a otra mujer, y tras duros entredichos con la gente, la magistrada recibió huevazos en la cabeza y un golpe que la hizo terminar en el suelo. Víctima de una crisis de nervios, Calveyra debió ser auxiliada por personal policial que la trasladó hasta la Jefatura Departamental.

La protesta había comenzado pasadas las 20:30 frente a la Jefatura de la Policía de Entre Ríos, donde el comisario Gustavo Shierloh escuchó a los familiares del joven fallecido, y los duros reclamos de la gente entre insultos de todo tipo.

El jefe policial confirmó allí la detención de tres personas vinculadas al caso, y el trabajo de investigación que se lleva adelante, pese a lo cual la gente continuó reclamando por mayores medidas de seguridad y endurecimiento de las medidas contra la venta de drogas en la ciudad.

Luego la multitud se trasladó hasta la sede de la Policía Federal, distante dos cuadras de la primera concentración, allí también tuvo lugar una manifestación similar. Entre gritos y reclamos, la exigencia de la multitud en este punto estuvo dirigido, esencialmente, a la falta de accionar policial de la Federal en Concepción del Uruguay, un reclamo que se hace cada vez más manifiesto ya que ni la Gendarmería Nacional, ni la Policía Federal, la Prefectura, realizan tareas vinculadas a la seguridad en las calles de La Histórica, teniendo la ciudad sedes de cada una de estas fuerzas federales.

Tras este reclamo, la gente decidió ir hasta el domicilio de la jueza Calveyra, y en el trayecto, tras haber marchado tan solo una cuadra, la multitud encontró a la jueza en la plaza.

Luego de los incidentes, la marcha se dirigió hasta el domicilio particular del ministro José Lauritto, donde se repitieron los insultos hacia el ex vicegobernador quien escuchó trató de responder a los reclamos de la gente.