Tras un receso del Tribunal, integrado por los vocales Alberto Seró, Rubén Chaia y Evangelina Bruzzo, se dio lectura al fallo, condenándose a Alcides Abel Sosa Piriz a tres años de prisión en suspenso.
Cabe recordar que el acusado fue sometido a juicio en una primera oportunidad, ante un Tribunal integrado por los doctores Marta Cristina Bonifacino, María Cristina Calveyra y Fabián López Moras, que decidió la absolución, sentencia que fue apelada por el fiscal Pablo Bur, quien se presentó en casación ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia.
La causa llegó a manos de la Sala Nº 1, integrada por los doctores Claudia Mónica Mizawak, Carlos Alberto Chiara Díaz y Daniel Omar Carubia, quienes hicieron un pormenorizado análisis de lo actuado, considerando que existía un cúmulo de pruebas incriminantes, ámpliamente suficientes para generar una conclusión de reproche contra el imputado y en consecuencia el dictado de una sentencia condenatoria.
Fue así que a Alcides Abel Sosa Piriz, representado por el doctor Alejandro Felipuzzi, llegó nuevamente a juicio, durante el cual se presentaron otra vez las pruebas existentes y se solicitó la declaración de testigos en el caso.
El doctor Bur sostuvo que estaba acreditado el hecho y dio mucho valor a los testimonios y elementos recolectados, solicitando la condena a cinco años de prisión efectiva y reglas de conducta, hasta tanto la misma quede firme y el acusado sea alojado en una Unidad Penal.
Por su parte, el defensor sostuvo que el hecho no existió y, de haber existido, no fue cometido por su representado, Alcides Abel Sosa Piriz. No obstante esto, el defensor pidió la absolución por el “in dubio pro reo”.
Tras deliberar, el Tribunal encontró al acusado responsable del abuso sexual simple y lo condenó a 3 años de prisión condicional, por lo que no irá detenido.
Finalizada la lectura de la pena, Nelly Jacqueline Pereyra, madre de las niñas manifestando que, si bien no es la condena que ella hubiera deseado, estaba conforme, ya que se demostró la responsabilidad de su ex cuñado en los hechos que se le imputaban.
“Yo hubiera querido una pena mayor y que fuera a la cárcel, pero igual estoy bastante conforme. La verdad, destaco como trabajó el fiscal Bur, que tras el primer fallo no se detuvo y logró llegar a un nuevo juicio”, explicó.
Por otra parte, Pereyra dijo que actualmente vive en Paysandú y está alejada de sus hijas que están viviendo con el padre y desde hace un año y medio está con una causa en el Juzgado de Familia, esperando que le den la tenencia.
“El padre me las sacó y ahora hicimos un informe con la defensora para volver a pedir la restitución. Este juicio lo lleve adelante yo sola. Él me las sacó en diciembre de 2011 y desde ese momento que estoy tratando de recuperarles. Mi esposo nunca creyó la acusación que hice contra su hermano y me responsabilizó a mí de lo sucedido. Quiero recuperar a mis hijas e hijo que están con él y llevarlos conmigo a Paysandú, donde ya tengo casa y trabajo firme”, destacó.
La mujer señaló que se solicitó una nueva evaluación psicológica para ella y espera hablar con el juez, que hasta el momento no la recibió o llamó, agregando que ella fue víctima de malos tratos, que la llevaron a radicar denuncias.
“Espero que no pase más tiempo y que ahora que está la sentencia se resuelva rápido, de manera de estar junto a mis hijos de una vez por todas”, finalizó.