Fue un enorme triunfo en Formosa. Un partido que en el arranque se presentó desfavorable para los de Acosta, pero en el que el equipo de Gualeguaychú volvió a dar cátedra de actitud y carácter. Sólo necesitó cinco minutos para revertir la historia y dejar bien claro que Juventud tiene un objetivo que para poder cumplirlo es necesario ganarle a todos.
San Martín empezó dominando el partido, teniendo la pelota y saliendo a proponer ante un equipo visitante que esperaba en su terreno. No había pasado demasiado, ni en la cancha ni en las tribunas –no más de 600 personas estuvieron en el estadio municipal– , cuando Erik Rojas cabeceó un corner que llegó desde la izquierda, Rébora respondió bien, pero dio el rebote que Coronel, figura del “Franjero”, supo aprovechar y la mandó al fondo del arco sin pedir permiso. Sorpresa para los entrerrianos y descarga para San Martín que venía de caer en Córdoba ante 9 de Julio y estaba obligado a ganar.
Fue un golpe duro para el plantel de Acosta. Pero si algo sabe este grupo, es reponerse ante las adversidades y lo demostró en innumerables situaciones: en Las Parejas, cuando tuvo que definir de visitante un partido eliminatorio y volvió a Entre Ríos con una goleada esperanzadora; en Morteros, aguantando un resultado con dos jugadores menos; en Chaco, donde dio batalla hasta el último segundo de juego, en una final que lo encontró jugando con nueve, contra todo y todos. Las situaciones en contra parecen alimentar las ansias de gloria de este plantel. Fue así que después de revivir tantas tardes negras, este equipo pudo arrancarle un rayo al sol formoseño que, al principio, se vio cubierto de oscuros nubarrones.
Pero Juventud no la tuvo nada fácil. Después del gol de los formoseños, no logró hacerse de la pelota en el mediocampo; el recurso repetido fue el pelotazo para Weissen y Bonzi, sin inquietar a Diego Antonio, el buen arquero de los de Chaparro y ex Juventud Unida. Con el ingreso de Francisco Marotti –que jugó su segundo partido desde el arranque desde que está en el club− Acosta pretendió ganar en marca y juego en la mitad de la cancha, pero pese al buen despliegue de Sánchez, con el que compartió el centro del campo de juego, el juvenil tardó en ganar en confianza y el equipo de Juventud lo sintió.
Con el paso de los minutos, el ”Decano” fue ganando confianza y metros en el terreno a un San Martín que cada vez cedía más. Sin mostrar el juego asociado que lo caracteriza y con más actitud que brillo, el equipo entrerriano comenzó a inclinar la cancha: controlaba la pelota, pero no lastimaba. Recién a los 29 minutos tuvo la más clara y no la desperdició. Matías Marchesini se encontró parado de delantero, metió un centro desde la derecha con notable precisión y Bonzi, que llegaba en carrera, puso un frentazo certero al primer palo de un arquero que no pudo hacer más que ir a buscarla dentro del arco.
El gol hizo justicia en el marcador y le dio la confianza a Juventud para ir por más. Pasaron solamente 4 minutos para que el “Decano” sepulte las ilusiones de un San Martín que estaba obligado a ganar para seguir soñando con el único ascenso en juego. El goleador Juan Weissen, que hace varios partidos no convierte, habilitó a Cristian Fornillo que entró a la carrera como puntero: la paró con derecha y con la misma pierna cruzó la pelota que se coló en el segundo palo de Antonio. Festejo y locura dentro de la cancha y en el banco de Juventud que estalló de alegría.
Como hace una semana, contra Gimnasia y Esgrima de Mendoza, los dirigidos por Acosta convirtieron dos goles antes de irse al vestuario, lo que demuestra que, aunque Juani Weiisen, el indiscutido goleador, no puede llegar al gol hace varios partidos, los volantes se proyectan y sí logran convertir. El partido pasado fue Juan Domingo Sánchez e Ivan Bonzi; ayer gritaron Fornillo y, nuevamente, el “diez”.
La segunda parte del encuentro mostró a Juventud recostado en su campo, esperando para salir de contra, y a San Martín que no supo entrarle a la férrea defensa decana. Tuvo más la pelota, pero se quedó sin ideas; Juventud marcó en zona y sacó todo lo que cayó cerca del área de Rébora. El arquero no participó demasiado durante los 90 minutos, pero resolvió con seguridad todos los pelotazos que intentaban generar peligro cerca de su área.
El ingreso de Andrés Erpen por Bonzi le dio un poco de aire a la mitad de la cancha, pero el delantero nacido en el club no supo resolver un par de contragolpes peligrosos para el local. Otro cambio cantado fue el de Federico Fiorroto, quien ingresó en la segunda parte en reemplazo de un lesionado Salas. Al juvenil lateral le costó afirmarse sobre el sector derecho, lugar por el que atacó San Martín durante todo el primer tiempo. La molestia que arrastra desde la semana pasada obligó la entrada del Melli Fiorotto, quien volvió a demostrar que está en uno de sus mejores momentos física y futbolísticamente.
El local quiso, pero no pudo. Juventud se quedó con tres puntos de oro que lo dejan a las puertas del ascenso al Argentino A. Sólo un partido lo separa del tan soñado como sufrido ascenso. Se vino con un triunfo desde Formosa, ahora tendrá que reafirmar, ante una multitud y en Gauleguaychú, todo lo que hizo hasta aquí. Son solamente 90 minutos los que los separa de la gloria: el domingo recibirá a 9 de Julio de Morteros, en un partido que puede marcar un antes y un después en la institución del barrio oeste y puede ser una bisagra para el fútbol y el deporte de la ciudad.