9 de septiembre de 2013 |
MILAGRO EN LA CORDILLERA. |
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LO ENCONTRARON DESPUES DE CUATRO MESES.
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Un dieta de lauchas y pasto. A las lauchas las cazaba a mano, con lo último que le quedaba de fuerza, y las cocinaba en la sartén que había sacado de su casa antes de emprender el viaje en moto, cuatro meses antes. El pasto escaseaba, pero podía arrancar algunos brotes entre los claros que dejaba la helada. Ya se había acabado el chocolate y quedaban apenas unos pedacitos de charqui, una carne deshidratada que se cubre con sal y se seca al sol para conservarla por largos períodos. Se abrigó con las mantas que cubrían los colchones del refugio Ingeniero Sardina y con un fueguito cuando conseguía leña. Y contempló cómo pasaba el tiempo atrapado en la estática de la montaña y la nieve: más de 120 días. Un milagro. Ayer encontraron con vida a Raúl Fernando Gómez Cincunegui, uruguayo, de 58 años, desaparecido desde mayo en la Cordillera de los Andes. Dieron con él tres pilotos de la Dirección de Hidráulica que sobrevolaban el Valle de los Patos Sur, en San Juan, mientras realizaban un viaje de medición de precipitaciones. El segundo milagro fue que lo hallaron de casualidad: porque el helicóptero iba a volar hacia norte de la provincia, pero las malas condiciones climáticas hicieron que vire al sur; y porque uno de los pilotos vio que la puerta del refugio estaba abierta e insistió para que aterrizaran. “Estaba sentado en el piso, acurrucado. Lúcido, pero muy débil. Levantó la vista y lloró. Apenas pudo sonreír. Le dimos agua y cereales. Y como no podía moverse, lo llevamos en andas hasta el helicóptero”, contó a Clarín el ingeniero Lucio Mercado, integrante de la expedición que lo encontró. Gómez Cincunegui fue internado en la terapia intensiva del hospital Rawson, en San Juan, con un gravísimo cuadro de deshidratación y desnutrición –calculan que perdió 20 kilos–, pero fuera de peligro. ¿Cómo terminó en el refugio? El hombre partió el 10 de abril en moto de 200cc desde su casa en Bella Unión, una localidad del norte de Uruguay, para participar de un encuentro de motoqueros que se realizó en Mendoza. Luego viajó a Bariloche y cruzó a Chile para visitar a su suegra. El 4 de mayo llegó Petorca, un pueblo chileno de la Quinta Región, donde su moto se rompió. Según dijo Mariela, su mujer, en ese lugar “alguien le sugirió cruzar a pie la Cordillera y llegar a Barreal, al sur de San Juan”. Calculan que Gómez Cincunegui caminó unos 230 kilómetros por un terreno que sólo es posible realizar a lomo de mula. Siguió el camino sanmartiniano, un travesía turística que se realiza cada febrero y que emula el cruce que hizo el prócer para liberar Chile hace 196 años. Pero al hombre lo sorprendieron dos nevadas que borraron los senderos. En el trayecto divisó la casa y allí se quedó, esperando. El 11 de mayo su familia radicó la denuncia en Chile y el 29 de junio, en San Juan. Mientras Gómez Cincunegui resistía temperaturas de entre 30 y 35 grados bajo cero a 2.800 metros de altura, su familia pedía que lo buscaran. Patricia, una de sus hijas, llamó a Gendarmería y les contó que alguien le había recomendado a su padre que cruzara la Cordillera a pie. Pero el rastrillaje no arrancó porque el helicóptero no podía levantar vuelo dadas las intensas nevadas sobre la zona. Deshidratación severa “Mide aproximadamente 1,60 y no pesa más de 40 kilos”, describió el jefe de guardia de Terapia Intensiva del Hospital Rawson de San Juan, Leonardo Gutiérrez, sobre el estado físico de Raúl Fernando Gómez Cincunegui, el motoquero uruguayo que permaneció cuatro meses en la cordillera sanjuanina. Tras ser rescatado por el piloto Walter Gallardo, fue internado en la terapia con un cuadro de deshidratación severa que le provocó problemas renales y pérdida de masa muscular al punto que, según los médicos, “no tiene nalgas”. A los profesionales que lo atendieron, a un amigo de su familia que vino desde Mendoza y al gobernador José Luis Gioja, que lo esperó en el hangar de la provincia, Gómez les contó que se quedó en el refugio Sardina porque ya la nieve le impedía seguir camino a Barreal y que se había desorientado. El hombre relató que en ese lugar había comido hasta búhos, ratas y un animal que no conoce pero que por la descripción los sanjuaninos dicen que puede ser una vizcacha de la cordillera. El piloto que lo rescató, Walter Gallardo, es un sobreviviente de la montaña; estuvo perdido en 1987 durante quince días y a él le llamó la atención que las puertas del refugio estuvieran abiertas. Cuando bajó a ver, entró a la casona de piedra y vio a Gómez Cincunegui tan débil que apenas podía moverse. Ya en San Juan, pudo saberse que en el Cuarto Juzgado Correccional local hay un pedido de paradero realizado por su hija Patricia, que estuvo en junio pasado en la provincia. Ayer, al hospital llegó ella junto a su madre, que viajaron desde Buenos Aires. La pregunta que todos se hacían es por qué el uruguayo tomó la decisión de venirse a pie por la cordillera sanjuanina, en una época en la que las tormentas de nieve no dejan siquiera llegar hasta el Valle de los Patos, donde se ubica el refugio Ingeniero Sardina. Una versión que no pudo ser confirmada y que reprodujeron algunos medios digitales de Uruguay y Chile, indicaba que Gómez Cincunegui tenía una denuncia por abuso sexual en Chile y que la Justicia de ese país le había dictado una “orden de arraigo” que le impedía salir del país trasandino. Hasta anoche, Gómez Cincunegui no había hablado con la prensa. Su hija Patricia, que accedió a hacer algunas declaraciones, desmintió la versión categóricamente.
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