Como se terminó se quiso empezar. En parte se dio, sobre todo por el triunfo. Claro que ella contundencia mostrada como local ante Progresista apareció por momentos y no en su esplendor, sumado a los altibajos que mostró en muchos pasajes el equipo de Uranga. Por momentos el parate de fin de año le jugó una mala pasada, por otro lado el rival jugó, y supo complicar esa victoria que al fin llegó para Echagüe.
Por la cuarta fecha de la segunda fase del Torneo Nacional de Ascenso, fue triunfo del AEC 74-67 ante Instituto, de visitante, para volver a sonreír tal como lo hizo en el cierre del 2013. Claro que no todo fue color de rosa, pero el año deportivo es largo para trabajar y corregir pensando en un prometedor futuro.

PUSO PRIMERA. En el arranque del cotejo el AEC pisó fuerte en cancha. Si bien la primera ofensiva favoreció para el local a través del americano Jones, quien sacó una falta para ir a la línea, rápidamente Elías Saad estalló una bomba, sumado a una falta sacada por Cantón, para poner un parcial de 4-0 y pasar al frente (4-1).
Luego de esa pequeña ventaja, Echagüe nunca aflojó su marcha. Corriendo mejor la cancha con sus perimetrales y aprovechando todo el ancho de su ofensiva, trianguló muy bien para encontrar mejor posicionado a su quinteto. De la mano de Cajal, luego el picante Dodson y el posterior posteo con falta de Cantón, el Negro volvió a meter un parcial de 10-0 para comandar las acciones en La Docta (18-6).
Claro que siempre aparece alguna relajación y de ello supo aprovecharse La Gloria. De la mano de Pablo Bruna (ciento por ciento en efectividad) supo ponerse a siete para el estallido de Uranga y compañía. Pero allí volvió a apretar el acelerador la visita para cerrar favorablemente el primer chico (26-15).

MUTUO DESCANSO. El segundo chico fue quizás la parte más floja del equipo de Sebastián Uranga. Es que solo se fue de partido, olvidando lo hecho en el primer parcial. No solo estuvo errático en ofensiva, sino que también vio correr la bola en su defensa, sin poder cortar el circuito de juego de Instituto. Claro que para la suerte del AEC, La Gloria también se mostró errático, sin poder achicar la diferencia (31-19).
Sin embargo los minutos finales fueron fatales para el equipo de Paraná. Entró en una meseta de la cual no pudo salir y quien aprovechó fue el local, para poner un parcial de 8-0 y meterse nuevamente en partido (43-37).

REFRESCANDO LA MEMORIA. El descanso sirvió para calmar las aguas por parte de Echagüe, aunque una vez que retomó el juego el trámite le continuó siendo cuesta arriba. Claro que la tranquilidad llegó en algún momento. A poco más de 2´, el sereno Cajal (2/2) y Cantón (1/1), metieron tres bombas para que estalle La Docta y con un parcial de 9-0 respiró de otra manera (62-48).
Desde allí la visita corrigió sus errores en defensa y se hizo fuerte en la pintura. Entre Cantón y Dodson borraron a Alessio y Jones, obligando a Instituto a tomar tiros externos que nunca le dieron resultados. Así fue como el Negro volvió a respirar para encarar el último cuarto de otra manera (49-64).

CIERRE DE GLORIA. La irregularidad volvió a encender una alarma en el último chico. Los yerros en las decisiones ofensivas complicaron a Echagüe, aprovechando de esto Instituto para meter un parcial de 6-0 e ilusionarse (64-55) a casi 7’. Y para males, Cantón se cargó de faltas (4) en el momento que más lo necesitó en defensa.
Sin embargo dos bombas aparecieron (Cantón y Fernández) para tomar otro aire en Echagüe (70-59). Los nervios volvieron a apoderarse de las ofensivas del AEC para complicar el panorama en el momento de mayor tensión. A ello apareció un triple de Martina para achicar ventajas (70-63).
Pero sobre el cierre apareció la experiencia de Cajal y Elías Saad para calmar las aguas visitantes y estallar la bronca local. El santiagueño se hizo dueño de las posesiones, dejando correr los segundos y afianzando el triunfo final por 74 a 67 del AEC, esta victoria que le da aire, confianza y un poco de tranquilidad de cara al futuro.