Aunque en la investigación no se pudo precisar con exactitud el momento en que Jesús Aníbal Magallanes hirió gravemente a Luciano Denis Álvarez, quien falleció dos horas después en el hospital San Martín de Paraná, no hubo dudas, por las demás pruebas que obran en la causa, de la autoría del imputado en el hecho. De hecho, Magallanes admitió ayer, en una audiencia de juicio abreviado, ante el Tribunal de la Sala I en la Cámara del Crimen su responsabilidad en el deceso de Álvarez.
Tras el acuerdo al que arribaron la fiscal de Cámara interina María Carolina Cattaneo y el defensor oficial Luis Pedemonte, con el asentimiento de Magallanes, se convino la pena de ocho años y cuatro meses de prisión de efectivo cumplimiento. El Tribunal, integrado por Miguel Ángel Giorgio, Hugo Perotti y José María Chemez, leerá la sentencia el lunes 26 a las 12.
El imputado, que tenía 37 años al momento del hecho, compareció acusado del delito de homicidio simple por un violento hecho ocurrido entre los últimos minutos del 29 y los primeros del 30 de septiembre de 2012 en la esquina de San Martín de Porres y los Minuanes, en Paraná. Allí, asestó a Álvarez, que tenía 22 años, un puntazo propinado con una cuchilla de carnicería, ocasionándole una herida que le produjo la muerte dos horas después, a pesar de los esfuerzos que realizaron los médicos del principal nosocomio entrerriano por salvar la vida del herido.
“Claro”. Tal como lo prescribe la modalidad del juicio abreviado, el imputado debe aceptar y reconocer su culpabilidad en el hecho que se le atribuye, lo que opera como un factor que atenúa la pena que se determinará de acuerdo al hecho que se considere. Magallanes siguió con atención todas las observaciones y referencias que le hizo el Tribunal, especialmente cuando le consultó si admitía su responsabilidad en la imputación que se le hacía, a lo que respondió que sí. Tan concentrado estaba el imputado en lo que le decía el presidente del Tribunal, que en el momento en que se le explicó que al adherirse a la modalidad de juicio abreviado accedía a una pena menor a la que le correspondería si el caso se dirimiera en un juicio común, donde sería “muy extraño que se concluyera en una sentencia absolutoria por el peso de la prueba”, murmuró “claro”, mientras asentía con la cabeza.En el acuerdo se tuvo en cuenta que Magallanes no tiene antecedentes penales, quien además manifestó que trabajaba en el hospital Escuela de Salud Mental, agregando que era adicto a la marihuana y a la cocaína, adicción por la que está en tratamiento.