Fue poco antes de las 17 de este martes, una formación ferroviaria ingresaba a Concordia desde la zona sur cuando un desperfecto "mecánico" lo obligó a detener su marcha, antes de llegar a calle Vélez Sarsfield, en plena curva. En cuestión de segundos, un importante número de personas se abalanzó con intenciones de abrir los casi 35 vagones, y apoderarse de la carga, en este caso harina y azúcar.
Esta situación llevó a que un importante número de móviles policiales se desplegaran sobre la zona, a lo largo de la formación, tratando de evitar el accionar de los "vecinos".
El mayor grueso de personas se concentró en Sargento Cabral y cortada 53, donde, sin mostrarse a cámara, expusieron: "Tenemos hambre" y en Las Heras y las vías de ferrocarril, parte del barrio El Sapito y José Hernández. La gente bajo todo punto de vista quería abrir los containers y, pese a que representaba un peligro, hasta andaban por debajo de la formación. La escena se completaba con funcionarios policiales sobre los vagones, con armas largas, para evitar el saqueo. Sobre el final de la formación se apostó una zorra, con unos cinco operarios del ferrocarril.
José Luis Cosa, personal del ferrocarril, refirió: "No se detectaron vagones descarrilados y, aparentemente, lo que ocurrió, es que habrían abierto una de las válvulas de los discos de frenos (en el momento que el tren pierde velocidad para tomar la curva) y se frena toda la formación, automáticamente".
Más adelante, indicó que "uno de los vagones fue violentado, pero la gente no habría llegado a sacar nada, por la inmediata actuación policial".
Otra vez en marcha
Cerca de las 18, tanto la gente del ferrocarril como los funcionarios policiales comenzaron a preocuparse, debido a que temían que la gente, en la oscuridad, se agolpara sobre la formación, por tal motivo se buscaba contrareloj los vagones en los que estaban las válvulas de los discos de frenos abiertas. A esta situación se sumaba que los maquinistas pedían ser relevados en sus puestos de trabajo, lo que provocaba mayor malestar en el lugar. Una hora y media después, el tren, finalmente, se puso en marcha nuevamente para llegar a destino y todo, de a poco, fue volviendo a la normalidad.