El presidente ejecutivo al frente de Shell, Ben van Beurden, adelantó que la gigante petrolera está evaluando vender "activos de refinación, transporte y distribución en la Argentina", en el marco de un plan de desinversiones por 30.000 millones de dólares.
En una conferencia de prensa en Nueva York, esta revisión en el país no incluye la exploración y producción, según consignó la agencia Reuters. En cambio, sí incluye las estaciones de servicio.
Los activos de downstream que planea poner a la venta la petrolera son la refinería de Buenos Aires, 600 estaciones de servicio, negocios de comercialización y suministro, químicos, propano o gas de petróleo licuado, combustibles marinos, combustibles para la aviación y negocios de lubricantes.
Durante su primera presentación de estrategia de largo plazo desde la compra de BG por USD 54.000 millones en el primer trimestre, Shell informó planes para limitar el gasto y cerrar plantas en algunos países.
¿Cuál es el objetivo? Centrarse en las operaciones más rentables, como la de gas natural licuado, la producción en aguas profundas y los químicos.
Van Beurden dijo que esperaba que los nuevos recortes ayuden a impulsar las acciones de Shell, que han quedado a la zaga de sus rivales desde que el acuerdo de compra de BG fue anunciado en abril de 2015.