Los estudiantes coparon las barrancas del Parque Urquiza, la Costanera, el Rosedal, las calles en la rotonda de la Danza de la Flecha. Los espacios verdes en las inmediaciones donde se ubicó el escenario, parecían desaparecer ayer ante el avance inminente de una oleada de jóvenes que se acercaron hasta allí para participar de los festejos.
En grupos de tres, de ocho, de números indefinidos, se mezclaban entre la gente, se abandonaban por otros, se volvían a encontrar. Las postales, para quien pasara por allí ayer en horas de la tarde eran muchas y por donde se mirara afloraban las historias.
“Vine con amigos, primos y hermanos. Todos jóvenes. Mamá y papá afuera”, dijo Camila y se rió de forma ligera, como tímida. “Vinimos porque nos gusta la música, la cantidad de gente que hay, me sorprende la cantidad de jóvenes que vienen”, acotó después.
A algunos metros, Juan Pablo se sumó al diálogo: “Vinimos a pasar el rato entre amigos, a pasarla bien”. Las voces se multiplicaban a medida que se podía avanzar hacia el escenario central, aunque siempre eran acotados, casi susurrados y bastaba alejarse un poco para que abandonaran la timidez.
MUCHA SEGURIDAD. Para llegar hasta el escenario donde todo acontecía se debía pasar por los controles policiales: 500 agentes de seguridad, distribuidos en los alrededores bajo la consigna “alcohol cero”, para el que habían sido destinados, además de controlar el tránsito, luego de que se dispuso la interrupción total de los accesos al Parque.
La cantidad de personas superó las expectativas. Se esperaban 40 mil personas y a eso de las 17, desde la organización anunciaban unas 50 mil personas, número que fue excedido tiempo después.
El festejo que se desarrolló, como desde hace 28 años, en las proximidades del Balneario Parque, hubo música, información sobre salud y la elección de la Reina de los Estudiantes 2011.