Luego de dos semanas sin precipitaciones, las reservas de humedad se ven sumamente exigidas en toda la provincia, con excepción de los corredores del norte, único sector donde las lluvias de diciembre superaron los 100 milímetros, registro que puede considerarse un piso cercano a la oferta normal de diciembre.
El último reporte sobre el clima y el estado de la reservas dado a conocer ayer por el Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber) que, en general y con excepción de zonas del centro-oeste y el norte, “la sequía se impone” en la provincia, que comparte “un contexto hídrico común a toda la zona núcleo maicera-sojera” de la Argentina.
Los maíces del sudoeste entrerriano, agrega el informe, “puede que aún cuenten con algo de reservas. No es razonable pensar, sin embargo, en una cosecha sin que se note el impacto de la seca en los rendimientos”. La situación en el sur de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires es igual o peor a la de Entre Ríos.
La soja sembrada con buena humedad y cuyo ciclo de floración cae en febrero “aún tiene una oportunidad. Si bien este trajín que viene soportando no le resulta indiferente, si las lluvias mejoran en la segunda quincena el deterioro por estrés hídrico puede ser menos riguroso”, estiman los técnicos del Siber.
Por lo pronto, agrega, “no son buenas las noticias en cuanto al panorama pluvial. La falta de lluvias se extenderá al menos hasta el miércoles próximo. Esto ya es la aproximación a una fecha que puede constituirse en umbral para definir la performance de la campaña sojera. Es decir, las lluvias tienen que llegar en la transición quincenal para que la soja no sufra pérdidas destacadas como las observadas en 2009. Por entonces las lluvias llegaron recién en la última semana de enero”.
Mientras tanto, decenas de filiales de la Federación Agraria Argentina (FAA) están en alerta y movilización, y exigen a las autoridades sumarse al pedido de la entidad de creación del fondo extraordinario de asistencia porque estiman que 3.000 millones de dólares no ingresarán al sistema productivo.
El próximo lunes, 9 de enero, los productores realizarán asambleas en Junín, Casilda y Río Cuarto, ante la crítica situación que atraviesan distintas regiones del país por la sequía, así como también por las irregularidades en la comercialización del trigo y el maíz.
El presidente de la FAA, Eduardo Buzzi, destacó que la sequía es cada día más grave, y afecta más severamente a Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires, en una etapa del año clave para el éxito o fracaso de la principal actividad agropecuaria, que es la cosecha gruesa.
Hasta ahora, “se estima que se perdieron cinco millones de toneladas de maíz y otra cifra igual de soja”.
“Eso implica que 3.000 millones de dólares no van a ingresar al circuito económico argentino ni al bolsillo de los productores y los pueblos del interior”, dijo Buzzi.
Advirtió que “si bien hay un fondo de emergencia agropecuaria, es una cifra que no alcanza para atender la magnitud del deterioro y las pérdidas que vamos a tener en los próximos meses, si se mantiene este clima”.
“Tampoco es suficiente que se declare la emergencia agropecuaria solamente, porque eso implica prorrogar vencimientos pero no resuelve las situaciones de fondo. Por eso, además de la creación del fondo especial, pedimos que se constituya una mesa de trabajo nacional”.
“Los productores se están movilizando porque no quieren desaparecer. A pesar de que el Estado está realizando algunas acciones, hasta ahora son insuficientes para afrontar una crisis de esta magnitud”, señaló Buzzi.
El dirigente aclaró que vienen “pidiendo la creación de un fondo extraordinario de asistencia para que los pequeños y medianos productores puedan hacer frente al desastre que implica esta seca”.
“Esto es totalmente posible, teniendo en cuenta lo mucho que hemos aportado en estos años en concepto de retenciones a las arcas del Tesoro”, aclaró en un comunicado.