Para muchos fue una copa más de verano. Para River Plate, no. Es que el equipo de Matías Almeyda al fin pudo medirse con rivales de primera división y el primer saldo fue más que positivo. Empató con Estudiantes y ayer le ganó bien a Racing 2 a 1, además con un gol de David Trezeguet en su estreno con la camiseta millonaria, la joyita que llegó a Núñez para jugar las últimas 20 fechas de la B Nacional, que todo su pueblo espera sean las últimas de su historia en esa categoría.
River trata de pasar el trago más amargo de su vida con dignidad, dando pelea y buscando siempre el protagonismo. Así jugó las 18 fechas de la B Nacional y así lo hizo en sus primeras dos presentaciones del año ante equipos de primera. No pudo torcerle el brazo a Estudiantes, pero anoche sí lo hizo ante el ruidoso Racing de Basile, que no pudo silenciar el entusiasmo millonario.
Y mucho menos porque a 25 minutos del final el hincha pudo ver en cancha a Trezeguet, que volvió del primer mundo para dar una mano y sacar del subsuelo al club de sus amores. Y encima, disfrutó un gol de gran factura, el que en definitiva le dio el triunfo a River. Tras una gran acción personal de Carlos Sánchez, el franco argentino la tomó ingresando por izquierda y sometió a Saja cruzándole la pelota. Un golazo, de esos que todo el pueblo millonario espera gritar repetidas veces.
“Esto tiene que un sabor único. Es una emoción muy grande. Los nuevos vinimos para tratar de dar una mano de forma positiva. Es el inicio de una nueva aventura y queda lo mejor. Esperemos hacer un gran torneo y la motivación es enorme”, resumió Trezeguet tras el partido, muy emocionado.
Y es que, además, River fue más que Racing. Lo madrugó con un gol de Rogelio Funes Mori, aprovechando un error defensivo, y lo remató con ese tanto de Trezeguet. Pese al inmediato descuento por el penal que Vega le cometió a Teófilo Gutiérrez, Racing no estuvo a la altura del entusiasmo de un River que mostró determinación y actitud para ir por el partido. Y su única preocupación fue la molestia muscular con la que se retiró Lucas Ocampos.
River ganó la Copa Ciudad de Mar del Plata y se motivó para encarar lo que realmente importa. Que no son los superclásicos pese al marketing alrededor, sino los partidos ante rivales de la B Nacional. Contra los de primera, le va de maravillas.