La noche del 30 de agosto de 2011, Juan José Morales, alias ‘Pocho’, de 66 años de edad, quinielero de San Jaime de la Frontera, un pueblito de Federación, pareció esfumarse en el aire. Desde esa noche nadie lo volvió a ver. Salió de su casa en su bicicleta roja, como era su costumbre, para visitar a sus clientes habituales y no volvió más.
Pasadas las 20 alguien dijo haberlo visto frente a la agencia de quiniela de su propiedad, en la calle San Martín de San Jaime. A partir de ahí se pierde el rastro de su figura delgada, vestida con pantalón y campera de jean.
Pero no es el único que desapareció en San Jaime de la Frontera. Otro hombre de 66 años, Sebastián Ortiz, un vendedor ambulante, oriundo de Corrientes, que alquilaba desde hacía dos décadas una habitación en calles 25 de Mayo y Tratado del Pilar - ya que su domicilio legal estaba en Paso de Los Libres-, también había desaparecido un año antes.
El lunes 6 de septiembre de 2010, a eso de las 19, Ortiz fue visto, transitando en su bicicleta roja. Desde entonces, pese a las búsquedas, tampoco se supo más de él.
Rastrillajes en investigaciones, no dieron ningún resultado para ubicar primero a Ortiz y luego a Morales. Las más extrañas conjeturas se tejieron desde entonces. Uno lleva ya casi un año y medio desaparecido y el otro poco menos de 7 meses.
Ahora la fiscalía de Chajarí renovó el pedido de localización de Morales. Pero hay dos hombres desaparecidos a la noche, ambos de la misma edad en bicicletas rojas, con poco más de un año de diferencia entre ambas ausencias.