Alertado por un vecino del lugar, el encargado del establecimiento “El Cherú”, ubicado en el kilómetro 39 de la autovía ruta nacional 14 (dirección a Gualeguaychú) se encontró el domingo por la tarde con una desagradable sorpresa.
Tres animales que se encontraban en un corral (a 1500 metros de la autopista mesopotámica) habían sido despostados con precisión de carnicera. Los cuartos, paleta y las mejores partes de una vaca pampa negra, y la totalidad de dos terneros (menos cabeza, patas y vísceras) de 220 y 160 kilos respectivamente, desaparecieron quedando los restos como alimento de aves de rapiña y perros.
Todos fueron pasados a cuchillo y luego sus mejores partes habrían sido cargadas en un vehículo, aunque no se observaron huellas en el lugar como tampoco pisadas de caballos. Se presume que los cuatreros habrían llegado en un auto o camioneta, porque los dos candados de las tranqueras estaban rotos.
El encargado de revisar la hacienda vive a unos 2000 metros del lugar y hasta la tarde del sábado, cuando efectuó la recorrida, todo estaba bien. “Tiene que haber sido en la noche del sábado o bien a primeras horas del domingo, antes de la lluvia”, comentó mientras era acompañado de dos efectivos de la Comisaría de Perdices (con jurisdicción en la zona) y los cronistas de elDía. También manifestó que la puerta del corral “estaba abierta y con el candado roto”.
Por su parte, el titular del campo dijo que “en el término de seis meses es el cuarto robo que sufrimos. Hicimos dos denuncias y a las otras no las efectuamos debido a que nunca se encuentra a los responsables”. “Estamos cansados de que nos carneen los animales; hace poco fueron 16 lechones, antes otra vaca y algunos chanchos”, indicó con una mezcla de amargura y resignación.
En cuanto al corral donde estaban los vacunos, se encuentra pegado al viejo casco del establecimiento que se encuentra abandonado hace un par de décadas por lo que la naturaleza ha avanzado sobre las dos casas existentes.
Además una cortina de eupcaliptus impide una normal visión desde la ruta. En definitiva, un escenario ideal para las andanzas de cuatreros que saben perfectamente los horarios en que el puestero hace las recorridas.
El corral está rodeado de soja, oleaginosa que cotiza en bolsa y que desplazara la ganadería a campos marginales como los bajos y semibajos.
En distintas reuniones de abigeato, que tuvieron como protagonistas a productores, dirigentes de entidades del campo y personal policial, se llegó a la conclusión que el “producto” de lo faenado se vendería en las periferias de la ciudad a precios muy por debajo de lo que el mercado ofrece.