Alina ladró y marcó con el hocico dos mochilas que iban en la bodega del colectivo que viajaba por la ruta 14. La perra antinarcóticos de la Gendarmería Nacional detectó la droga que era transportada por la ruta nacional 14, desde Misiones hasta Buenos Aires, el 8 de noviembre de 2010. Los uniformados preguntaron a los pasajeros de quién eran los bultos y nadie se hizo cargo. Pero el número de los bolsos coincidió con los del pasaje de una mujer, quien fue acusada inmediatamente de ser la propietaria de los mismos.
Rocío del Carmen Quinteros fue detenida, mientras se continuaba con el procedimiento. Sobre el asiento en el que viajaba, encontraron dos chips de celulares rotos, que según la acusación fueron destruidos intencionalmente por la mujer ante el operativo.
Luego, con la presencia de testigos, los gendarmes abrieron los bolsos y vieron en su interior los paquetes rectangulares envueltos en cinta color ocre. Se extrajeron muestras de dos ellos y se las sometió al narcotest, cuyo resultado confirmó que se trataba de marihuana. Luego pesaron uno a uno los 19 ladrillos, que en total contenían 16,9 kilos de dicha sustancia.
Desde entonces, la mujer se encuentra detenida con prisión domiciliaria en su casa del partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires, a cargo del cuidado de tres hijos menores de edad.
Quinteros es juzgada por el delito de Transporte de estupefacientes en el Tribunal Oral Federal de Paraná. Esta semana se debatió el hecho con numerosos testigos y material probatorio. El lunes, en la primera jornada, la acusada hizo uso del derecho a declarar, sin responder preguntas de los jueces ni de las partes. Brevemente habló sobre los problemas familiares que padecía al momento del viaje y su detención, particularmente con su pareja, y como consecuencia de convivencia en su casa. Además, la mujer insistió en desvincularse de la droga y aseguró que al momento del procedimiento de la Gendarmería en el colectivo, ella no mostró una actitud hostil sino que colaboró con el mismo.
Luego continuaron declarando testigos tanto el lunes como ayer, y posteriormente se realizó la etapa de los alegatos. La fiscal de Cámara, Marina Herbel de Pajares, valoró las pruebas reunidas durante la instrucción de la causa así como las testimoniales de civiles y gendarmes que intervinieron en el procedimiento, y consideró que estaba probado el delito por parte de Quinteros, para quien pidió una condena de cinco años de prisión.
A su turno, el defensor oficial, Mario Franchi, sostuvo la versión de la mujer y refutó la acusación fiscal, por lo que pidió la absolución de Quinteros por falta de pruebas contundentes. Ahora resta esperar la decisión del tribunal, integrado por Noemí Berros -presidente-, Roberto López Arango y Lilia Carnero, que el lunes adelantarán el veredicto sobre el futuro de la mujer.El eslabón más débil
Tanto al momento de su declaración indagatoria como cuando fue identificada por el tribunal e interrogada sobre su situación familiar y económica, quedó en claro la pobreza en la que Quinteros vive y vivía antes de su detención. Como en la gran mayoría de los casos en que juzgan a “mulitas”, queda en evidencia que estos son aprovechados por su situación de vulnerabilidad por aquellos que manejan en negocio grande del narcotráfico: por unos pocos pesos realizan el trabajo más riesgoso, el de transportar la droga desde un punto a otro del país, y a su vez corren con todo el riesgo de ser descubiertos por las fuerzas de seguridad, y luego pagar con su libertad el “trabajo” que le encargaron.