La clásica vacuna BCG es eficaz en el niño, pero "no protege suficientemente al adulto contra la tuberculosis pulmonar", explica el Instituto Pasteur, que concibió esa vacuna hace cerca
de un siglo.
La vacuna BCG (Bacilo de Calmette y Guérin) protege sólo entre el 50 y el 75% de los adultos, lo que no permite impedir la
transmisión y erradicar la enfermedad.
Recientemente, investigadores del Instituto Pasteur y del Instituto nacional francés de salud e investigación médica (Inserm) lograron modificar el genoma del bacilo responsable de la tuberculosis, para obtener "una cepa no virulenta en el ratón",
según un comunicado de ambos centros.
Los equipos coordinados por el doctor Laleh Majlessi y el profesor Claude Leclerc establecieron que "los ratones inmunizados
con la cepa atenuada están muy eficazmente protegidos contra la infección por Mycobacterium tuberculosis", la bacteria responsable de la enfermedad.
Los investigadores hallaron que su versión modificada del bacilo de Koch (otro nombre del agente infeccioso descubierto por
el alemán Robert Koch) "provoca en el ratón una reacción inmunitaria más fuerte que la vacuna BCG".
De esta manera, "la cepa mutada de Mycobacterium tuberculosis es candidata a convertirse en una vacuna seria contra la
tuberculosis", destacan el Instituto Pasteur y el Inserm, cuyas investigaciones fueron publicadas el miércoles por la revista
estadounidense especializada Cell Host & Microbe.
No obstante, será necesario hacer otros estudios antes de aplicar la vacuna al hombre.
La próxima etapa será efectuar una mutación suplementaria para disponer de una cepa totalmente inocua que pueda ser ensayada en el ser humano.
La tuberculosis se ha recrudecido en los países pobres. Con 9 millones de casos nuevos cada año, esta afección es la segunda causa de mortalidad en las enfermedades infecciosas por detrás del sida.
El arsenal médico contra la tuberculosis está anticuado y resulta cada vez menos eficaz ante la emergencia de cepas
multirresistentes a la acción de antiobióticos.