Tanto sufrió Lanús que rió y lloró a la vez. Al final, en los penales, soltó el llanto. La pasó mal. Se equivocó y mucho. Los jugadores y su joven DT, Schurrer, en esa afanosa búsqueda de gloria. A los granates parece ya no alcanzarles con las cuentas en orden, con el crecimiento institucional. Precisa éxitos, al menos gestos, buenas campañas, otro envión. Busca buen juego, pero también temple y coraje. Lanús reaccionó con demora. En todo sentido. El equipo y su entrenador. Cambió la actitud en el segundo tiempo, con el ingreso de Teo Gutiérrez, pero fue tarde. Demasiado. Dio vuelta la desventaja, venció a Vasco da Gama por 2-1, pero los brasileños avanzaron en los penales: fue por 5-4, con el remate de Romero en el travesaño.

Casi se le da en el final, con la peligrosidad de Pavone y Teo, más la levantada de Requeiro. No pudo y definió su suerte en los penales. De a ratos, se cortó la respiración. Fue Pavone el del empate parcial. Fue Teo el que revivió el fuego. No alcanzó y Lanús se llevó otra frustración en el campo internacional. Es más, ya se quedó sin objetivos, eliminado por Barracas Central en la Copa Argentina y demasiado lejos en el Clausura. No fue un buen semestre para un plantel con recambio. Quedará algún replanteo para un club que carga con el mote de modelo. Seguramente, ya vendrá.

Lanús hizo todo mal en el primer tiempo. Sólo pudo rescatarse el empeño de Pavone, que, en la soledad del ataque, se las arregló como pudo. Valeri, el eje, erró todos los pases. Camoranesi, la experiencia, no atacó ni defendió. Regueiro, el desequilibrio, se enredó en cada jugada. Los granates estaban obligados a ganar y, como si eso fuera poco, le regalaron la apertura a Vasco da Gama. Fue un centro desde la izquierda. Marchesín, aparentemente, no le gritó a Velázquez, que se anticipó, rechazó de cabeza y dejó a mitad de camino al arquero. Nilton tomó el rebote y anotó con un bombazo desde afuera del área.

Estuvo cerca igual, aunque por estas horas seguirán los profundos lamentos. No alcanzó con la reacción de la segunda parte. Lanús trató por todos los medios, a partir del ingreso de Teo Gutiérrez. El equipo tuvo otro espíritu. Y, a la vez, dejó en claro, más expuestas las demoras y las fallas anteriores. Con eso casi le alcanzó a Lanús. Casi. Fue tarde. La historia vuelve a repetirse para los granates.