Esta final de la Liga Nacional quedará en el recuerdo como la serie de las remontadas, el duelo donde hubo necesidad de dejar todo hasta lo último, el escenario de las apariciones menos pensadas. En fin, una final jugada a todo o nada. Como estaba Obras antes de empezar el quinto partido, que se llevó anoche en el último minuto para quedar 2-3 tras el 86-84 y pasarle a Peñarol la presión de ir a buscar el jueves el tricampeonato en Mar del Plata.
Con un enorme aporte desde el banco, sobre todo gracias a Espinoza (18) y Konsztadt (11), más el temperamento de Osimani (20), Obras al menos se sacó la espina de haber perdido en casa los dos primeros juegos. Peñarol estuvo a tiro del título, con Leo Gutiérrez (20) y Mata (16, más 12 rebotes), pero perdió en el cierre.

El primer tiempo había comenzado en poder de Peñarol y terminó en manos de Obras por 41-35 gracias a la enjundia de los suplentes, responsables de 23 de los puntos locales. Cuando Peñarol vivió de los triples de Campazzo -3 consecutivos en el arranque-, le alcanzó para adelantarse 18-12 a falta de 1m24 para el primer descanso. A Leiva le cometían faltas para evitar dobles fáciles, sabiendo las dificultades que el pivote tiene desde la línea. Y sin embargo, no se veían caras de preocupación en el banco de Obras. ¿Sería porque desde el banco vendría la salvación?

Konsztadt (8 puntos en el cuarto) atacó a Campazzo hasta el aro, Espinoza (8) castigó desde afuera, Elsener (3) aportó dinámica y Field (4), seguridad en la zona pintada. Cuando Peñarol se quiso acordar que no la metía más, Obras había armado un parcial de 11-3 para quedar 27-26. Y luego de dos libres de Leiva, fue terminante con una racha de 14-3 hasta lograr la máxima ventaja: 41-31.

David Jackson, recién llegado de Brasil como reemplazo del fracturado Lamonte, cerróel primer tiempo con 4 libres, pero Peñarol había perdido su identidad. Claro que la recuperó como más le gusta: dos bombazos seguidos de Leo (10 en el cuarto) dieron vuelta la historia para el 50-46.

Mata sumó 8 tantos, Campazzo no hacía locuras y el visitante intentaba mover la pelota cuando el juego áspero se hizo presente. Juan Gutiérrez clavó un triple casi sobre la chicharra, para irse al último parcial con Peñarol ganando 56-55. Le duró poco, muy poco.

En apenas 3m15, Obras le dio una lección al bicampeón con una racha de 15-0 a puro básquetbol. Washam apareció con un triple, Konsztadt siguió haciendo de las suyas y Espinoza la descosió con una volcada para el 70-56. ¿Muerto el rey? No, ¡viva el rey! Leo Gutiérrez encabezó la remontada, Safar se vistió de Superman con 3 triples seguidos y Mata anotó otro para igualar 76-76 a 2m47 del final. Digno de un partido decisivo, que tuvo a Osimani como baluarte en el cierre del local.

La final se muda a Mar del Plata. ¿Habrá campeón el jueves o se definirá en Buenos Aires? Esta serie ha dado muestras de que cualquier cosa puede pasar.