Una mujer identificada como Claudia Beatriz Blanco se presentó ante la Justicia para declarar la desagradable situación que le tocó vivir en la sucursal Concordia de la firma Carrefour. La mujer concurrió con sus dos hijos a dicho comercio y cuando se encontraba en la zona de los probadores fue retenida por un agente de la seguridad y luego trasladada al interior de las oficinas, donde fue obligada a desvestirse, revisada e interrogada al igual que su hija de seis años. Blanco relató que mientras la menor se probaba unas botitas, “aparece un seguridad y me toma de un brazo y dice: acá la tenemos, y me pide que lo acompañe. Y como no entendía qué era lo que pasaba le dije que esperara para buscar a mi otro hijo”. Luego de eso, la mujer describió que la llevaron hasta una habitación donde “me hicieron desnudar a mí y a mi nena, y no conformes con eso la interrogaban (a la menor) y le decían que diga la verdad”. Mientras eso sucedía su otro hijo había quedado solo en el salón comercial hasta que fue encontrado por otros efectivos de la empresa de seguridad privada. Por otro lado señaló el llamativo proceder que tuvieron en la comisaría 4°, donde en un primer momento no solo que no le tomaron la denuncia, sino que habrían dado aviso al hipermercado sobre lo que pretendía manifestar la mujer en cuestión.
La denuncia formal en los tribunales de Concordia fue radicada el pasado 27 de junio, si bien ya el miércoles 25 ya había concretado una exposición ante oficiales de la comisaría Cuarta de Concordia, donde le tocó vivir una situación al menos extraña, ya que cuando estaba brindando testimonio sorpresivamente llegó el responsable de la empresa de seguridad que custodia las instalaciones del hipermercado, asegurándole a la mujer “que en los años que estaba al frente del servicio nunca había pasado algo así y que los chicos que me hicieron esto, estaban sancionados”
“Yo iba a mirar los precios de una computadora y encontré ofertas de botitas, entonces entré con mi nena a un probador y como el otro nene había desaparecido, salgo a buscarlo y como no lo encontraba en la zona, vuelvo con la nena al probador para sacarle las botitas y ponerle de nuevo las zapatillas con las que había ido”, cuando estaba nuevamente en el probador aparece un agente de la seguridad que la obliga a subir a las oficinas y le promete que mientras tanto buscaría al pequeño.
Fue allí donde la desagradable experiencia se agravaría, ya que vez dentro de las oficinas, le anticipan que sería revisada ella y la menor, a lo que la madre se niega. “Les dije que a mi nena no la iban a tocar. Ella tiene tan sólo 6 años y nunca pasó una situación de esas”, igualmente los uniformados procedieron a la requisa. “Una mujer le sacó la ropa con la puerta abierta, estando otro seguridad afuera, mientras era un ir y venir de empleados” dijo.
Luego de eso, fue el turno de Claudia, quien asegura fue obligada a sacarse la remera y bajarse el pantalón, “mientras la estaban interrogando afuera a la nena. Pero hasta que vieron que no tenía nada en el pantalón, no pude salir para afuera”.
Tras ello, la mujer sostiene que las preguntas no se detenían y el interrogatorio continuaba. “Me pidieron todos mis datos y me decían que les estaba mintiendo. Me preguntaban para quién trabajaba y con quién más había ido. Yo les decía que estaba sola con mis dos hijos, pero no creían nada”.
Visiblemente consternada, la mujer afirmó: “Me faltaron el respeto. Me trataron de ladrona delante de mi hija. Como me negaba a contestarles, lo que hacían era preguntar a mi nena y ella confirmaba que estábamos solos”. Luego de eso, según narró la denunciante, el personal procedió a tomar fotografías y se negaban a decirle la finalidad que tenía la foto. “Después me dicen que firme un papel en blanco. Lo firmé, pero al segundo me doy cuenta y les digo que me digan qué era lo que iban a poner en el papel y se negaban. No me quisieron dar una copia de lo que firmé y tampoco se querían identificar”.
Ante la certeza de no haber cometido ningún delito, “pedí que venga el supervisor pero me dijeron que no. Entonces les advertí que esto no iba a quedar así y que iba a realizar una denuncia. Cuando pido irme porque estaba desesperada porque no sabía donde estaba el nene”, es cuando aparece un guardia de seguridad con el otro hijo de Claudia. Tras lo cual “nos acompañan abajo y nos hacen salir a los tres por la puerta de atrás. Escondidos”, relató y agregó que pidió la colaboración de la delegación municipal de Derechos Humanos, donde recibió el asesoramiento de un abogado y con el cual iniciará acciones legales a la multinacional. “Yo estaba dentro del supermercado, así que es responsabilidad de ellos. Voy a ver qué pasos tengo que seguir porque no quiero que esto quede así y voy a llegar hasta donde deba”, advirtió esta mujer.
Por último subrayó que le llamó poderosamente la atención que al día siguiente del hecho, concurrió ese lunes hasta la comisaría 4° ya que por jurisdicción correspondía allí hacer la denuncia, pero no pudo hacerlo porque le dijeron que “las máquinas estaban rotas”, por lo que retornó luego y se encontró casualmente con el jefe de la seguridad en las sucursales concordienses de Carrefour, “quien me dijo que estas cosas nunca pasaron. Eso me hace pensar que nunca nadie se animó a denunciar”, reiterando la actitud llamativa de los oficiales de dicha comisaría “que me hicieron hablar con este señor de la seguridad y me trataban de convencer para que no haga la denuncia”.
