El seleccionado de básquetbol argentino, que por tercera vez consecutiva accedió a una semifinal de un Juego Olímpico, irá hoy por la hazaña de derrotar al poderoso representativo de los Estados Unidos y así instalarse en la definición de Londres 2012.
El segundo partido semifinal se jugará a partir de las 17 (hora argentina) en el North Greenwich Arena. Previamente, desde las 13, España y Rusia dirimirán el primer boleto a la instancia decisiva. El equipo de Julio Lamas consiguió el miércoles un reconfortante triunfo ante Brasil (82-77), resultado que le permitió disfrutar de un acontecimiento histórico: por tercera vez seguida intentará abrazarse a la gloria olímpica de obtener medalla.
Como en Atenas 2004 (oro) o en Beijing 2008 (bronce), el conjunto Albiceleste se metió entre los cuatro mejores, apelando a los argumentos de siempre: óptimo funcionamiento colectivo, solidaridad grupal y jugadores de elite dispuestos a sacrificar sus egos personales en pos de un beneficio común.
Por eso, quizás, este equipo argentino goza del respaldo y apoyo inquebrantable de cualquier aficionado medio al deporte. Y se disimulan las carencias o deficiencias que puedan existir, a partir de un enorme corazón que aparece en los momentos cruciales.
“Estamos más grandes, más viejos, si se quiere, pero somos un equipo incómodo y difícil para cualquiera”, repite el capitán y símbolo, Luis Scola, junto a Emanuel Ginóbili, uno de los astros del equipo.
El cruce de hoy es el que reviste características de, prácticamente, inabordable ya que Estados Unidos asoma imbatible. “Una chance de ganarles tenemos, pero no sé si es una en cien, una en mil o en más”, declaró Manu para dar cuenta del grado de dificultad de la empresa.
EL ANTECEDENTE. Durante la etapa de clasificación, Argentina diseñó una estrategia para el aplauso durante los primeros 20 minutos del choque ante los Estados Unidos.
Con paciencia, el equipo mostró eficacia en el tiro exterior y se fue al descanso apenas un punto por debajo (59-60). Luego, la demoledora tarea de Kevin Durant (ocho triples sobre 10 intentos) disparó la diferencia final a 29 tantos (126-97).
Además, Argentina goza con un hándicap. Es cierto, contra otros protagonistas, la Generación Dorada es uno de los pocos equipos que batió a los NBA en competencias internacionales. El único que lo hizo dos veces.
En el Mundial Indianápolis 2002 (a punto de cumplirse 10 años), Argentina sorprendió al mundo y quitó un invicto de 58 partidos, tras derrotar a los Estados Unidos, en su casa, por 87 a 80.
Y dos años más tarde, en Atenas 2004, el equipo de Rubén Magnano le ganó en una semifinal al Dream Team de Larry Brown, por 89 a 81, para meterse en la definición de un torneo que luego lo coronaría campeón.
Este elenco norteamericano exhibe figuras de otro calibre, el citado Durant, Kobe Bryant y LeBron James. El orden es indistinto, además de sus escuderos son jugadores de la talla de Carmelo Anthony, Russell Westbrook, Chris Paul, Deron Williams o Kevin Love, entre otros.
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