29 de agosto de 2012 |
JUICIO. |
9 AÑOS DE PRISION.
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Con la presencia de varios policías y ningún familiar en la sala, debido a los violentos episodios que se vivieron el viernes durante los alegatos, ayer se dio a conocer el veredicto por el homicidio de Víctor Hugo Carrasco: fue condenado César Exequiel Alvarenga, el autor de los dos disparos que dieron en la cabeza de la víctima. El joven de 23 años, que estaba en libertad, quedó preso ayer y fue trasladado a la Unidad Penal Nº 1 de Paraná.
El Tribunal de la Sala 1 de la Cámara del Crimen, integrado por Miguel Ángel Giorgio, Hugo Perotti y José María Cullen, sentenció en forma unánime los diferentes delitos en los que se juzgó a cinco jóvenes, uno de ellos por el asesinato, y los demás por varios robos.
El homicidio ocurrió el 22 de abril de 2008, en Circunvalación y Almirante Brown. Alvarenga fue a buscar pasto para su caballo; Carrasco, quien también era recolector de residuos, había hecho lo mismo, y se cruzó con su contrincante, que estaba arreglando su carro.
Ambos mantuvieron una discusión, Carrasco le quitó el freno del caballo y se retiró. Atrás lo siguió Alvarenga, armado con una pistola calibre 22, lo alcanzó y le disparó dos tiros en la cabeza.
Giorgio dijo que los testigos fundamentales -principalmente el chico menor de edad que acompañaba a la víctima en el carro-, “derrumban el argumento defensivo de un estado emocional en que podría haberse encontrado Alvarenga al momento de llevar a cabo la acción que se le reprocha”. Al respecto, explicó que “no puede ser tomado seriamente como un estímulo para semejante reacción la disputa que se trabó en torno al freno de un caballo. De acuerdo a lo que dijo el testigo Davila, ambas personas estaban discutiendo en pie de igualdad, luego uno se retira, el otro lo sigue caminando, saca un revólver debajo de un fardo que llevaba en el carro, lo sigue, le apunta a la cabeza y le efectúa los disparos. Es un acto voluntario, la materialización del deseo de dar muerte producto del encono, del rencor que sentía hacia el sujeto pasivo, que de ningún modo puede verse amparado por un estado de emoción violenta, que supone un estallido emocional por un estímulo que hace bajar los frenos inhibitorios”.
A continuación, el juez dijo que el hecho “se aproxima más a una venganza que a un acto emotivo”, por lo que el joven fue condenado a nueve años y medio de prisión. Además, el Tribunal decretó el encarcelamiento preventivo de Alvarenga, “considerando que hay razones suficientes, no solo por peligro de fuga sino por seguridad en cuanto a los hechos de violencia que hemos tenido oportunidad de observar en el desarrollo del debate con respecto a los familiares”.
En el mismo juicio se ventilaron otros hechos, en los que estaban implicados otros cuatro jóvenes: César Alvarenga y su hermano Walter, Miguel Mesa, Jorge Fernández y Gastón Martínez Alvanesi, imputados por robos. Respecto de dos de los hechos y pese al planteo del defensor oficial, Luis Pedemonte, sobre la insubsistencia de la causa por excederse el plazo razonable del proceso, los jueces condenaron a los imputados por entender que dicho criterio no es aplicable a estos casos, porque “la propia actitud de los imputados ha dilatado el proceso”, por lo cual se llegó a la acumulación de las cinco causas.
Gresca en los pasillos
En ese momento, al retirarse a esperar en el pasillo de la planta baja de Tribunales, los familiares de Víctor Carrasco, la víctima del homicidio, con los del acusado César Alvarenga, protagonizaron una violenta gresca que demandó la intervención de los policías.
Por esto, el Tribunal prohibió que los familiares continúen presenciando el juicio y la lectura del veredicto realizada ayer.
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