El viernes de la semana pasada, la Justicia ordenó a la Policía de Entre Ríos identificar y desalojar de un domicilio ubicado en zona residencial del Parque Urquiza, a un hombre que oficiaba de cuidador de enfermos. La decisión surgió luego de que una asistente social confirmara el tenor de una denuncia telefónica que alertaba que ese hombre habría abusado sexualmente de una mujer con discapacidad y podría estar aprovechándose económicamente de la dueña de casa.
La dirección catastral del lugar donde habitan madre e hija y sus apellidos se omiten en esta nota por tratarse de un delito de índole privada, que tiene como víctima a una joven, y por cuestiones vinculadas a la seguridad de las denunciantes.
Lucía es la dueña de casa, tiene 76 años, jubilada del Estado provincial, y está desde hace más de dos años postrada en un sillón de ruedas luego de una serie de operaciones y de un fulminante Accidente Cerebro Vascular (ACV). Es la madre de Roxana, de 31 años, quien sufre una discapacidad.
Actualmente, ambas, al carecer de familiares directos que se ocupen permanentemente de su situación y al ser desalojado el sujeto que oficiaba de enfermero full time, mientras se da inicio a la investigación judicial, dos mujeres que en algún momento también trabajaron para ellas fueron diligenciadas para que las cuiden.
Una de ellas, Ana, acompañada por vecinos que alertaron a este medio sobre la gravedad de la situación. También se sumó a la charla, aunque con mucha dificultad para expresarse, Lucía, quien pese a sus problemas respiratorios y motrices, mantiene la suficiente lucidez como para darse cuenta de que mientras ella quedaba postrada en una habitación, aquel hombre al que le confió su firma y el poder para hacer y deshacer todo en su nombre, le estaba despojando lo poco que le quedaba de familia.
“Hace dos años que ingresó a nuestra casa esta persona. Usted me ve en qué condiciones estoy, no puedo dar un solo paso por mi cuenta y delegué todo en él. Yo no tenía a nadie que me ayudara en forma permanente. Él me cobraba el sueldo, pagaba las cuentas que había que cubrir, absolutamente todo. A partir de allí, me di cuenta de que no veía un peso ni partido por la mitad, pero no podía hacer otra cosa”, comenzó diciendo Lucía.

Desesperante. Según denunció la dueña de casa, su hija fue abusada por el cuidador domiciliario aprovechándose de su inocencia. “Ella tiene un retraso mental y él le hizo cosas tremendas”, dijo la madre con evidente signos de agotamiento físico, mientras su actual cuidadora procuraba calmarla, sosteniendo sus manos entre las suyas. La enfermera, aportó también detalles de los padecimientos sufridos por las víctimas. “Lucía tenía un sobrino como apoderado, pero después cuando dejó esa responsabilidad ella se la delegó a este hombre. Yo en esa época sólo cubría los francos de él y hasta ese momento no veía ni sospechaba nada, hacía mi trabajo y me retiraba. Siempre me dijeron que él había sido enfermero del Hospital Roballos, pero nunca le vi un título. Llegó un momento que mis servicios eran pagados por él, que era quien manejaba toda la plata de la señora”, explicó.
“Durante algunos meses dejé de trabajar aquí con Lucía y este año volví a ser contratada y ahí me entero por una charla en confianza con Roxana que a ella le hicieron, en esta propia casa, en su dormitorio, un aborto clandestino. Que ese trabajo lo hizo este hombre con la ayuda de otra mujer, que aparentemente sería una enfermera”, dijo la asistente.
“Cuando Roxana me empieza a contar todo esto, yo le empiezo a preguntar si ella había tenido relación con algún chico, para saber de dónde venía aquel embarazo, entonces ella me contestó asustada que el embarazo había venido después de que este hombre tuvo relaciones con ella”, agregó.
Además, de acuerdo a lo que la joven le confesó, el enfermero la habría amenazado y golpeado.
Estos hechos llegaron a su fin la semana pasada cuando algunos vecinos decidieron informar lo que estaba padeciendo esta familia.
“Hicimos anónimamente llamados a la Justicia, porque teníamos miedo y enviaron una asistente social, un médico y finalmente hubo una orden para que este hombre saliera de la casa. Vino la Policía a sacarlo y a partir de ese momento se cancelaron las cuentas de la señora y el poder que le había delegado para manejar su dinero. Pero lo peor de todo fue que Roxana tuvo problemas de salud que obligaron su internación en el Hospital San Roque”.

Lesiones y robo. Según contó, la propia víctima, quien fue dada de alta el miércoles último, el denunciado le habría pegado con el puño varias veces en el vientre. “Yo no se lo contaba a mamá por miedo”, dijo Roxana.
Antes de terminar la charla, la enfermera pidió celeridad a la Justicia, “porque sabemos que esta persona está libre. Queremos que se investigue todo, no sólo los abusos, sino que también faltan muchas cosas de la casa y esos objetos fueron sacados por alguien en los últimos meses. Desaparecieron electrodomésticos, muebles y otras cosas de valor. Nosotras tenemos mucho miedo y nos sentimos desamparadas, ya que hace un par de días vimos una silueta en el patio del fondo y nos cansamos de llamar a la Policía y no acudió nadie”.
Desde Tribunales de Paraná se confirmó a este medio que el lunes tomó cartas en el asunto la Justicia Penal y que las actuaciones de oficio recayeron en la fiscalía a cargo de la doctora María Alejandra Baima