Gestos de sorpresa y seriedad abarcaron los rostros de los tres procesados en la causa que se los investigó por la defraudación al Club Atlético Estudiantes (CAE) de Paraná, al conocer el fallo condenatorio dispuesto por la Sala II de la Cámara del Crimen.
Ayer se conoció la sentencia por la cual se encontró responsables del delito de defraudación contra la entidad del parque Urquiza a los exempleados Elsa Graissaro, Gustavo Irusta y Daniel Vidal. En el veredicto del tribunal compuesto por Marcela Davité, Marcela Acuña y Ricardo Bonazolla se los condenó a la pena de 10 meses de prisión condicional, como así también a producir la devolución y restitución del dinero “perdido” a través de distintas maniobras que se efectuaron sobre la recaudación de la entidad deportiva y social.
,Los acusados fueron llevados a juicio tras siete años de investigación en la Justicia de Instrucción.
Se conoció que la suma “extraviada” ascendía a los 30.000 pesos, pero sumados los intereses, se estima que si el fallo queda en firme los tres condenados deberán devolver a la entidad cerca de 60.000 pesos.
Para los camaristas quedó acreditado el delito investigado y que llevó a que se sacara sin autorización del cobro de cuotas, derechos de piletas y otros beneficios sociales el dinero en cuestión.
También en esta causa fue procesado Walter Magnin, pero el hombre había fallecido hace un tiempo.
Ayer se hizo el adelanto de sentencia donde se dio a conocer la sentencia, que avala todo lo instruido por el Juzgado y el pedido de condena reclamado por la Fiscalía a cargo de Rafael Cotorruelo, como de los querellantes particulares.
Los denunciados en primera instancia por el faltante fueron despedidos de inmediato del CAE, por entenderse internamente que los trabajadores del área Cobranzas y Administración eran los responsables de distintas maniobras fraudulentas para quedarse con dinero.
La auditoría interna de la entidad descubrió las irregularidades ocurridas entre octubre de 2004 y febrero de 2005, en que se detectó que el faltante se produjo a través de ardides que podían llegar a justificar la existencia de una menor suma de dinero que había ingresado de modo diario al club, falseando los datos de las planillas diarias como la emisión de recibos y el detalle del cierre de caja.
Casación en la mira
Los tres condenados y los abogados quedaron sorprendidos por el tenor de la sentencia. Si bien no se conocen los fundamentos, los letrados privados, como la defensora oficial, estimaron que se iría en Casación contra la condena por entender que no había elementos de peso para apuntalar la resolución de la Sala II.
Allegados a los condenados no mostraron su sorpresa por la resolución, por entender que se trataba de simples chivos expiatorios que fueron víctimas de un procedimiento con influencias importantes de la entidad que cuenta con un peso en los Tribunales.
Estas especulaciones se definirán en la presentación ante la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia.