9 de enero de 2013 |
GUALEGUAYCHU. |
DESCANSA EN SU DOMICILIO EL HOMBRE QUE RECIBIO DESCARGA ELECTRICA.
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Daniel Chaparro sufrió una fuerte descarga eléctrica el sábado por la noche, minutos antes del inicio del Carnaval, mientras manejaba una carroza de la comparsa Ará Yeví. Tiene toda su pierna derecha quemada y parte de la izquierda. Chaparro lleva tres años metido en el carnaval, y trabaja desde hace dos en la comparsa del club Tiro Federal. Entiende que lo que le ocurrió fue “una desgracia con suerte”, que puede volver a suceder si no se toman medidas preventivas con los cables de alta tensión en la zona de la previa, lugar donde ocurrió el accidente. Este hombre relató, ante la atenta mirada de sus tres hijos, lo que le sucedió mientras maniobraba una carroza desde su interior. Un compañero le señalaba desde el exterior hacia dónde debía ir pero en un momento se tocó un cable de alta tensión y la electricidad bajó hasta donde él estaba y lo petrificó al volante. Cuando Chaparro sintió la descarga atinó a bajar y apoyó su pierna derecha en el piso y fue en ese momento que le quemó toda la pierna. “Me gritaron que levantara el pie, cortaron la energía y me sacaron los Bomberos”, contó este hombre, que confesó que entró en desesperación porque siempre estuvo conciente de lo que le ocurría en ese momento. Chaparro detalló que en el momento del incidente, él se encontraba vestido con un jean y recién pudo verse la herida cuando los Bomberos le rompieron el pantalón antes de subirlo a la ambulancia que lo trasladó al Hospital Centenario. “Está en carne viva”, comentó señalando lo que hay debajo de los vendajes que le envuelven su pierna. “Me ardía mucho, tenía un fuego en la pierna, lloraba, pedía por favor que me pusieran algo porque los calmante no me hacían nada, y lo único que me pudieron dar para aliviarme fue morfina”, agregó. Afortunadamente todo salió bien para Chaparro, que luego de realizarle todos los exámenes fue trasladado desde la Terapia Intensiva a la Sala 4. Estuvo menos de 48 horas internado pero deberá continuar con los cuidados en su casa, junto a su esposa y sus tres hijos, que se asustaron mucho con lo ocurrido. “Se me cruzaron muchas cosas por la cabeza, principalmente mis hijos, porque si a uno le debe pasar algo que sea cuando ellos ya sean grande, cuando se sepan defender y no ahora”, comentó este hombre que también tiene un taller de chapa y pintura detrás de su domicilio, que ahora deberá postergar hasta que curen todas sus heridas.
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