Si el travesaño no hubiese desviado el remate por elevación de Pablo Pérez y el tiro libre de Ignacio Scocco. Si el árbitro Diego Abal hubiera expulsado a Fabián Cubero cuando correspondía en el primer tiempo. Si Papa no hubiese despejado sobre la línea, si el remate del final de Scocco entraba, si... No hay exageración en esta enumeración de situaciones en potencial. La desazón de Newell's es lógica tras el primer partido de los 8os de final de la Copa Libertadores . Fue superior, estuvo cerca de sacar ventaja y se quedó sin nada. La contundencia de Vélez pudo más que los constantes intentos del equipo de Gerardo Martino, que ahora está obligado a dar vuelta la serie en el desquite del 14 del mes próximo en Liniers.

Lo que pudo verse de juego en el comienzo del primer tiempo fue como consecuencia de dos planteos interesantes, con una clara intención de generar espacios entre los defensores rivales. Lo más incisivo de los primeros minutos lo puso Newell's. Con profundidad y protagonismo.

En el contador de llegadas, el conjunto rosarino acumuló más. Una clara muestra que se edificó en los remates de media distancia. El primero fue con una volea de Pablo Pérez que superó a Sosa e impactó en el travesaño. Luego, con un tiro libre de Maximiliano Rodríguez que atajó el uruguayo. Y antes del entretiempo, otro de Scocco que también se desvió en el travesaño.

El equipo dirigido por Martino no dejó de atacar nunca. Su juego encontró respuestas a medida que hizo rotar la pelota y llegó por los costados, con Víctor Figueroa por la derecha y Maxi Rodríguez por la izquierda. Como referencia de ataque, en el medio, quedó Scocco, que jugó infiltrado a causa de la fractura del quinto metatarsiano derecho.