En el marco de la causa en la que se investiga el supuesto abuso sexual de niños en lo que sería una “secta” familiar que habría practicado las violaciones a modo de ritos, surgieron nuevas testimoniales que intentan complicar la situación de los acusados y a otras personas.
 

El caso salió a la luz tras la denuncia de un hombre que estaba separado de la madre de sus hijos. El mismo, junto con su padre (y abuelo de los chicos) denunció que la mujer abusó sexualmente de los niños, quien los sometía a violaciones por parte de terceros, en algunos casos a cambio de dinero, como parte de rituales de la extraña secta familiar. Tras las testimoniales, pericias y cámara Gesell de los niños, quedaron cinco personas imputadas por abuso sexual agravado, tres mujeres y dos varones, y como víctimas a dos de los cuatro hermanos menores de edad, familiares de los acusados.
 

Como se sospechó que la edad de iniciación de las violaciones era a los 6 años, se separó de la madre a una de las hijas, que tiene 5, quien quedó a cargo de su padre, el denunciante. La semana pasada el hombre se presentó nuevamente en el Juzgado de Instrucción Nº 3, a cargo de Alejandro Grippo, para ampliar la denuncia, acusando nuevamente a su expareja: afirmó que su pequeña hija le contó que también sufrió abusos sexuales de parte de su madre y el entorno familiar. Y además dijo que también participaron de las violaciones vecinos de la localidad de Oro Verde.
 

La niña había sido revisada por el médico forense y entrevistada por profesionales en cámara Gesell, de lo cual resultó que no había sido víctima de ninguna violación en el ámbito familiar, y expresó su deseo de ir con su madre. Por esto, la defensa de los imputados, a cargo de Boris Cohen, solicitará ahora que la nena sea revisada nuevamente y que se realice una nueva cámara Gesell para esclarecer la situación. En caso de que los resultados sean negativos nuevamente, acusarán al padre de falso testimonio agravado (para perjudicar a los acusados); y si da positivo, orientarán las sospechas contra el propio padre, ya que se trataría de abusos cometidos luego de que la nena quedara a su cargo.
 

Además, desde la defensa se sostiene que el conflicto de fondo es un divorcio muy complicado de los padres de los niños, que comenzó en 2011, y consideran que el padre usa a los chicos para perjudicar a la madre. Por su parte, la acusación fiscal entiende que hay elementos para seguir investigando, ya que en las cámara Gesell, algunos de los menores relataron hechos que confirman las denuncias.

Medición sin respuesta
 

Hace un par de meses la defensa de los hombres acusados de integrar la “secta familiar” que cometía abusos a los niños a modo de ritos de iniciación sexual pidieron una inédita medida: que sean medidos sus penes erectos, con el fin de contrastar y cotejar esto con las lesiones que presentaban las víctimas al momento de ser revisadas por el médico. El objetivo de los defensores es demostrar que los hechos no existieron como se relató en la acusación.
 

El pedido ingresó al Juzgado de Instrucción Nº 3 a cargo de Alejandro Grippo que entiende en la causa, pero el magistrado aún no se expidió al respecto, ya que los acusados no fueron citados a la indagatoria.